La gran temporada que está llevando a cabo el filial del Fútbol Club Barcelona en la categoría de plata de nuestro fútbol, no está pasando inadvertida. Muchos son los jóvenes jugadores de este Barça B que se han destapado este año como grandes talentos, este es el caso del protagonista de este artículo, Javier Espinosa.
Javier Espinosa González, o Javi Espinosa como se le conoce deportivamente, nació en la localidad castellano-manchega de Talavera de la Reina, un 19 de Septiembre de 1992. Deportivamente, se inició en las categorías inferiores del equipo de su localidad, el U.D Talavera, pero a los 11 años, su vida da un giro enorme cuando el F.C Barcelona decide ficharle. Su sueño ya se había hecho realidad, ya formaba parte de la cantera de un gran club a nivel internacional. Ahora le quedaba lo más difícil, demostrar su talento en una cantera que está plagada de jóvenes promesas y de grandes futbolistas. Pero su ascenso por las categorías inferiores del club culé fue increíble, hasta el punto de que en la temporada 2009/2010, temporada en la que el F.C Barcelona B consigue el ascenso, Espinosa debuta con el segundo equipo azulgrana en Segunda División B. El resto de partidos de esa temporada, al igual que los de la campaña siguiente, irá alternando minutos con el Juvenil A y con el Barça B, de la mano de Luis Enrique.
En la temporada 2011/2012, llega al banquillo del F.C Barcelona B, Eusebio Sacristán, el cuál decidirá incorporar varios juveniles al equipo, y uno de ellos fue Javier Espinosa. Además, ese mismo año, Guardiola cuenta con él para la pretemporada del primer equipo. Con tan solo 19 años, Espinosa ya estaba jugando en Segunda División, y además había tenido la oportunidad de pasar unos días con los jugadores y miembros del cuerpo técnico del primer equipo del Barça. También cabe destacar, que Espinosa también ha participado en las categorías inferiores de la Selección Española de fútbol.
Javier Espinosa es un jugador dotado con una técnica exquisita, la cual le permite hacer cosas maravillosas con un balón en los pies. Su demarcación natural en el campo es la de mediocentro, en la que suele actuar normalmente. Espinosa ha demostrado ser un centrocampista con gusto por el balón, con una gran capacidad para sacar la pelota jugada y para ver espacios donde otros muchos no los ven. Podríamos decir que este chico es un centrocampista con ADN Barça, y es esa coordinación pensamiento-ejecución, la que le hace ser uno de esos futbolistas diferentes al resto.
Esperemos que la carrera de Javier Espinosa sea larga y exitosa, y que demuestre al mundo del fútbol que es ese gran jugador que parece ser. Todos los aficionados al fútbol estamos deseando verle en un futuro jugar por los grandes campos europeos, y por supuesto, a los aficionados culés les gustaría que Javier Espinosa defendiera el centro del campo del primer equipo del Barça, ya que sería otro éxito más de ese conjunto de jugadores pertenecientes a La Masía, y que tantas alegrías ha traído a la parroquia culé.