Tras una temporada tan irregular como irreverente del Barcelona, el análisis pide paso a gritos y no será este un ejercicio donde le neguemos tal placer. Centrémonos en el último tercio del campeonato liguero, ¿que ha fallado?
El poco acierto de Leo Messi de cara a gol es palpable
En las calles se escucha que el Barcelona ha mostrado un juego paupérrimo y que Gerardo Martino merece como mínimo el castigo de la Inquisición. Los inesperados tropiezos frente a Valladolid, Granada, Getafe y Elche hacen pensar que la calle tiene razón, más aún viendo los resultados (1-0, 1-0, 2-2, 0-0) que indican una ausencia casi total de ocasiones generadas por partido (2 goles en 4 partidos). No obstante, apuesto un ojo de la cara a que los dueños de estas opiniones o bien no vieron esos partidos o bien los vieron cenando y el resultad fue la única certeza con la que contaron.
Seamos serios, este último tercio de Liga el Barcelona no, y repito, no ha jugado mal al fútbol. Uno se detiene en el devenir de los partidos -sobretodo en los tres últimos- y se da cuenta de la gran afluencia de ocasiones en cada uno de ellos, lo que no hace más que clarificar mi postura. Supongo que en la calle se verán los partidos en streamming y se perderá el detalle en la vil traición de los tan escasos píxeles. ¿Cuál es el maldito problema entonces? La respuesta es relativamente sencilla y quizá peque de simplista: pólvora mojada. Y ojo, que no me refiero a que todos los males del Barcelona esta temporada se reduzcan a los fallos de cara a gol, pero sí han tenido un papel muy importante en este tramo final donde el juego del Barcelona ha sido tan duramente criticado.
No es el Barcelona que hemos conocido en el último lustro, pero por favor, olvidémonos de aquel equipo al analizar el presente porque siempre saldrá perdiendo. El problema es que comíamos a diario potaje y un señor calvo que solía llevar el 4 a la espalda, llegó y nos dio a probar caviar un par de veces, y claro, cuando nos pusieron por delante de nuevo el potaje reclamamos el excelente manjar marino. Porque el ser humano es insaciable y caprichoso, y no está educado en la tragedia. 
Pedro ha visto como sus números han mermado en el tramo final
La ausencia de gol, unido a una calamitosa defensa, culpa directa del entrenador -¡sí, también critico de cuando en vez al Tata!- han sido el caldo de cultivo que han llevado al Barcelona a zarandearse por aguas turbias en el último tramo del curso y que han estado cerca de encayarlo definitivamente.

Autoría de imágenes: The Telegraph y MARCA