Si, lo sé, es una canción demasiado optimista para esta articulo. Pero al no ganar Cerberus (por fin se ha hecho caso al valencianismo), no puedo empezar como me gustaría con con la canción de Melendi, «Calle la Pantomima».
Porque han sido muchos años de mediocridad, en los que hemos ido arrastrando nuestro escudo por España y por Europa, haciendo el ridículo semana tras semana, desde que Rafa Benitez consiguiera la hazaña de ganar 2 Ligas, 1 UEFA, y una Supercopa de España, en un periodo de tres años.
Ha sido un periodo en el que, gracias a la nefasta gestión económica, por parte de unos buitres, a los que la afición no les importo un pepino, unido a una afición que durante años ha estado parada, mientras despedazaban a su amado club, que ha estado a punto de llevarlo a la desaparición, sobre todo gracias al arruinado Juan Bautista Soler, y «al gran gestor», Manuel Llorente, ya que solo se han preocupado de llenarse los bolsillos con suculentas comisiones, y metiéndonos en la construcción de un Nuevo Mestalla, que por aquel entonces, no nos hacia ni pizca de falta, porque según Soler: «cuesta 300 millones de euros, y nos sobra para pagarlo».
Pues bien, como diría el chef Alberto Chicote «¡Y un Jamon!». Esa nefasta obra faraonica, es la que ha terminado de arruinar al Valencia Club de Futbol, dejandole una deuda total de 550 millones de euros, en el año 2008. Tras un año de nefasta gestión del «amigo» de Soler, Vicente Soriano, Bankia le dio los mandos del Valencia a un consejero suyo, Manuel Llorente.
Tras cuatro años de nefasta gestión de Manuel Llorente, en la que solo la venta de todas las estrellas de la plantilla hizo reducir la deuda, aunque menos de lo anunciado, y tras rechazar la oferta de compra de Peter Lim, durante su mandato, dimitió a principios de 2013, y el club quedo en manos de Varona, cargo que no llego a ocupar, ya que dimitió a las pocas semanas, y llego Amadeo Salvo para sustituirlo.
Tras llegar al cargo a mediados de 2013, Amadeo Salvo ha ido limpiando la basura de los últimos 20 años, cabe destacar los siguientes puntos:
-No se renovó el contrato al «Gran Capitán», que nos denuncio en su día y pidió 60 millones de indemnización.
-Ficho a un Director de Marketing (Dowens), para dar a conocer la marca Valencia CF internacionalmente.
– Invirtió mas de un millón de euros en crear la «Academia Gloval», mejorando instalaciones, y poniendo al alcance de los mas jóvenes, todo el material necesario, para que puedan crecer futbolistica y humanamente, en las categorías inferiores del Valencia Club de Futbol.
– Cuando Bankia obligo a la venta del Valencia Club de Fútbol, busco inversores en el mercado asiático, trayendo una oferta irrechazable la de Peter Lim, tal y como se ha demostrado cinco meses después, tras arrasar en la votación de la elección del nuevo dueño del club
Pues bien, llego el tan ansiado 17 de Mayo de 2014, y la Comisión Gestora, encargada de decidir el nuevo dueño del Valencia, voto por unanimidad, la elección de Peter Lim como nuevo dueño del club, abriendo un camino de felicidad y optimismo para la sufridora afición del Valencia Club de Futbol, que tras muchos meses de nerviosismo e incertidumbre, ve como el magnate singapuriense, presenta las siguientes propuestas, para devolver al Valencia a la élite del fútbol español y europeo:
-60 millones para fichajes en este mercado de verano.
-35 millones para cuadrar el actual presupuesto y cerrar renovaciones.
-Crédito de 200 millones de liquidez en caso de emergencia, que se devolverán en dinero o en acciones.
-Asumirá la deuda de 90 millones de la Fundación con Bankia, y los 4,8 de la Fundación con la Generalitat.
-Negociara con Bankia el pago de los 220 millones que le debe el Valencia al banco.
Nombres como el de Rodrigo, Garay, Nani, Falcao, Jackson Martinez…unidos a los fichajes ya confirmados de Nicolas Otamendi y Rodrigo de Paul, devuelven la ilusión a una afición valencianista, que merece un equipo de época que de un poco de emoción a la Liga Española, y ayude a crecer la imagen del Valencia Club de Futbol a nivel nacional y mundial
Tenemos que ser cautos, pero podemos estar ante el inicio de una nueva era de felicidad y optimismo.