La elección de la cación era obvia, cada vez que un equipo gana un título es al canción que suena, el estadio se convierte en una fiesta gigantesca en la que los futbolistas son el centro de todas las miradas.
 
Una de las estrofas más coreadas es aquella que dice «No time for losers cause we are the Champions of the world» que traducida al español dice: No es tiempo para los perderdores porque somos lo campeones, los campeones del mundo.
 
Por eso pelean todos los equipos que juegan la Champions, por ser los campeones del mundo y entrar en el Olimpo de los futbolistas y alcanzar la gloria. El 24 en Lisboa los veintidos gladiadores que alinearan entre el Real Madrid y el Atlético.
 
 
 
Una vez que ambos conjuntos han llegado a al final todo son felicitaciones y alegrías «You’ve brought me fame and fortune and everything that goes with it» Tú me has traido fama y fortuna y todo lo que ellas conllevan. Están a un paso de la gloria suprema, pero estos jugadores siempre serán recordados por sus aficiones. Los del Atlético por haberles hecho llegar a la segunda final de toda su historia, y los del Real Madrid por acercarse un poqutio más al sueño de La Décima.
 
Pero la canción continúa «But it’s been no bed of roses, no pleasure cruise I consider it a challenge before the whole human race and I ain’t going to lose» No ha sido un camino de rosas, no ha sido un camino de placer, lo considero un reto delante de toda la raza humana y no lo voy a perder. La Champions nunca fue un camino de rosas, ni apra el que la gana, ni mucho menos para el que la pierde. Tanto Real Madrid como atlético de Madrid han tenido que pasar por momentos muy duros en la competición; el Real Madrid ante el Borussia Dortmund estuvo a punto de perder su ventaja y verse apeado de la competición, mientras que el Atlético de Madrid ante el Chelsea sufrió la primera mitad, hasta que Adrían empató el encuentro.
 
La canción termina en clímax, un orgamos musical «We are the Champions, we are the champions, no time for loser because we are the Champions of the world». Un clímax que no será nada comparado con el de los aficionados cuyo equipo acabe levantando la orejona.