CESPED EUROPEO – El Corazón Vincent Thomas Lombardi fue un entrenador de fútbol americano estadounidense de ascendencia italiana. Lombardi fue entrenador en jefe (Head Coach) de los Green Bay Packers de la NFL y ganó con esa franquicia los 2 primeros Super Bowls de la historia (en ambos casos como entrenador). Lombardi es considerado como uno de los mejores entrenadores de fútbol americano de la historia, 1 semana antes de su muerte, la NFL nombró al trofeo del campeón del Super Bowl «Trofeo Vince Lombardi» en su honor, fue seleccionado al Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional en 1971, así como figura representativa del juego del football americano, del espíritu ganador y un gran motivador.
Para el Mundial de Alemania 2006, la selección Uruguaya debió jugar la repesca con Australia, los charrúas vencieron en Montevideo 1-0 pero después los canguros ganarían en Sídney también 1-0, obligando a la definición desde el punto penal; perderían los suramericanos 4-2 y los hombres de Jorge Daniel Fossati se quedaron sin mundial. Un muy joven Diego Lugano jugo ese nefasto 16 de Noviembre de 2005, cuando regreso a su país, su padre fue a buscarlo al aeropuerto para recogerlo, obligándolo a dar una vuelta por Montevideo para que viera las caras de la gente, que viera lo que la selección había hecho y como había destrozado a su pueblo, el defensor confesaría después que eso se le grabaría para el resto de la vida.
Esta eliminatoria sudamericana para Brasil 2014 fue un verdadero infierno para la celeste, a mitad de camino pasaron 6 fechas sin conocer la victoria y solo consiguieron 2 puntos de 18 posibles pero a pesar del panorama sombrío, Lugano nunca se rindió. Antes de la fecha 14, la celeste estaba fuera de la Copa del mundo y el defensa central hizo un video con imágenes de la película “Un Domingo cualquiera” protagonizada por Al Pacino, ese video se llamo “Jugada a jugada” (http://www.youtube.com/watch?v=x92Biky4UIA), la mini película fue presentada por el capitán antes del partido contra Venezuela en Puerto Ordaz, a partir de allí, el rumbo de la selección uruguaya cambio y batallaron hasta conseguir el tiquete final.
Podría alguien poner en duda su liderazgo, carisma y ascendencia sobre el vestuario celeste, realmente creo que no; el capitán uruguayo es pieza clave del esquema de Óscar Washington Tabárez y junto a Diego Godín aportan veteranía y oficio, son una gran pareja de centrales de cara a la Copa del Mundo, no solo como defensas sino como referentes ofensivos jugando un gran papel en las jugadas de estrategia, tanto en los tiros de esquina como en faltas laterales.
Diego Lugano no ha tenido una buena temporada, se ve lento ante los delanteros más veloces de la Premier, ha jugado muy poco y las pocas ocasiones que lo ha hecho en el West Bromwich Albión ha generado demasiadas dudas. Para cualquier otro técnico, las afirmaciones anteriores serian suficientes para no contar con el, pero no para Tabarez; Lugano es más que un defensa central, es más que el capitán del onceno uruguayo, es ese caudillo de gran carácter y personalidad que contagia por su entrega cuando se viste de celeste.
El mismo hombre que cuando tenía 20 años, en Nacional le dijeron que no lo iban a tener en cuenta, es hoy el corazón uruguayo, no solo por su temperamento y desempeño defensivo, sino por lo que inspira en la selección misma. Al principio de “Un Domingo cualquiera” se escucha una frase de Vince Lombardi: «Creo firmemente que el mejor instante del hombre, la mayor satisfacción de todo lo que ha querido, es cuando ha entregado su corazón a una buena causa y yace exhausto en el campo de batalla, victorioso». Ese es Diego Lugano.