Starbucks vende café, pero ese no es su “negocio”, tinto se ofrece en miles de lugares, algunos hasta con ciertos riesgos. De unas escasas tiendas en sus inicios a más de veinte mil locales hoy en más de 65 países alrededor del mundo y en sus inicios en 1987 tenían tan solo unos 100 empleados, a una nómina actual de más de 120 mil. Pero algo llama la atención, Howard Schultz CEO de la compañía, considera al grano colombiano el top del mundo y para Starbucks, Nariño tiene orgullosamente el mejor café del mundo y viniendo de un experto, es más que un cumplido.
El nombre de moda: James Rodríguez. La llegada del colombiano al Real Madrid parte en dos la memoria del futbol en una nación que comenzó a vivir una nueva historia; la contratación por el conjunto merengue de uno de los mejores jugadores del mundial de Brasil 2014 se convierte en un hito, esta vez no por el fondo sino por la forma en que lo hace, por la puerta grande, como una estrella y el simple hecho que le fuera asignado el mítico número 10, demuestra que no es un convidado de piedra. Pasamos de actores de reparto a ser los protagonistas de las películas.
La Copa del Mundo celebrada en la tierra de la samba se convirtió en la mejor vitrina para los integrantes de la selección colombiana de futbol. El tema que inicio con un país eufórico por la buena cosecha de resultados que les llevo hasta cuartos de final termino convirtiéndose en una avalancha de elogios de la prensa especializada internacional, con ponderaciones que no han sido indiferentes para los grandes clubes europeos que ya preguntan por Cuadrado, Ospina o Bacca.
Ya no es extraña la convocatoria de jugadores colombianos en el mercado grande del fútbol y los interesados no son equipos recién ascendidos que buscar salvarse del descenso a final de temporada, estamos hablando de clubes poderosos como el Real Madrid, Barcelona, Manchester United, Arsenal, Juventus, Bayern Múnich y algunos, con cifras millonarias que se acercan a las de las estrellas más cotizadas de esa gran carpa en que se ha convertido el futbol del viejo continente. Pero esta brillante actuación no solo beneficio a quienes se vistieron de amarillo en Brasil, también abrió la puerta para que otros clubes europeos más modestos se fijaran en la cantera colombiana y que ligas como las de México o Argentina, se fueran de compras a tierras cafeteras.
Buena parte del éxito y de esta fiebre por los jugadores colombianos va más allá de su talento. El futbolista colombiano ha cambiado mucho desde aquella época de los Asprillas, Leoneles e Higuitas, es innegable que dicha generación marcó un camino pero también generó buena cantidad de titulares de prensa por temas extradeportivos. Ahora, cerca del 70% de los integrantes de esta Selección juegan en Europa, algo que en aquella época era una utopía; el estar fuera del país cambia desde las costumbres hasta la forma de ver las cosas, permitiéndoles obtener una mayor experiencia internacional y esa madurez que les acerca más al éxito.
Colombia sigue siendo mundialmente reconocida por la excelencia de su café y ahora por estos días, también por la calidad de sus futbolistas. Dejamos de ver por televisión a los grandes cracks como Messi, Neymar o Cristiano Ronaldo para enfrentarlos en la cancha y aprender a competir al máximo nivel; nunca lo dudamos, el talento siempre estuvo ahí, solo que ahora hemos crecido y ya creemos en nosotros, siendo clave mantener la continuidad de ese nuevo modelo impuesto por José Pekerman que tantas alegrías le ha entregado al pueblo colombiano. Que el sueño continúe.
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