John McEnroe era un especialista en saque y volea, ampliamente conocido por su volátil temperamento en la cancha; Björn Borg era un jugador de fondo, tranquilo, calmado y excesivamente calculador. McEnroe y Borg se enfrentaron 14 veces, con siete victorias cada uno. Sin embargo, sus apariciones en Grand Slam son las más recordadas; en 1980, Borg se repuso de una pérdida en un tiebreak agotador 18-16 en el cuarto set, para ganar su quinto título consecutivo de Wimbledon pero McEnroe se tomaría revancha al ganarle la siguiente edición del torneo ingles a su archirrival sueco. Dos grandes tenistas de distintos continentes.
La rivalidad entre Suramérica y Europa ha estado siempre presente a lo largo de la historia del futbol mundial. Todo comenzó en aquel lejano 1930 en el que varios países de Europa decidieron apoyar a Italia y se retiraron del primer torneo mundial en Uruguay. Cuatro años después, los equipos americanos decidieron no participar del torneo que se celebraría en Italia, aunque la FIFA obligaría a Brasil y Argentina a participar de dicha justa.
Con el tiempo los campeonatos mundiales acrecentaron la competencia y en los 60s apareció la Copa Intercontinental, la cual enfrentaba a los clubes campeones de Europa y Suramérica, el mejor de la UEFA contra el mejor de la CONMEBOL, la liga de Campeones y la Libertadores frente a frente. Poco después fueron apareciendo partidos amistosos en los que Europa o Sudamérica se disfrazaban como “Resto del mundo” para no acentuar las diferencia y al mismo tiempo, no dejar por fuera lo mejor de otros continentes.
La eliminación en la fase de grupos de Brasil 2014 de España, Inglaterra o Italia que sobre el papel eran favoritas para quedarse con el título, junto a las sorpresas de México (había hecho una eliminatoria horrible), Costa Rica o Estados Unidos logrando el pase en grupos complicados, provocó que el número de selecciones americanas en octavos fuese ligeramente superior al de europeas con un 8-6 que desequilibro la balanza a favor del nuevo continente.
Este viernes comienzan los cuartos de final, las fases previas fueron destilando lo mejor del certamen dejando de nuevo a la disciplina europea y al talento americano, disputándose el tan deseado título. Cada continente cuenta con cuatro equipos clasificados, en medio de una gran igualdad que deja un pronóstico incierto para la antesala de la gran final; dos llaves ya aseguraron por lo menos a un semifinalista por cada región mientras en las otras dos, por lo visto en octavos, cualquier cosa puede pasar.
Los principales americanos candidatos al titulo, Brasil y Argentina, aunque continúan sin convencer plenamente siguen en carrera. También quedo en evidencia que ya nadie gana de nombre, que no hay rival pequeño, que estrategias y tácticas como las de Costa Rica junto al bloque y atrevimiento de Colombia, demuestran cómo se han acortado las distancias. Mientras la mayoría de los especialistas europeos aun buscan las razones de la debacle de sus ex campeones del mundo, muy pocos reconocen el esfuerzo y avance de los otros americanos.
Borg, encarnaba la razón sensata de la vieja Europa, McEnroe la energía inestable del Nuevo Mundo. Aunque la aristocracia europea empaco maletas temprano aun tienen soldados con que ganarlo mientras Messi, Neymar, James y Campbell resisten el desembarco; veremos si Europa por fin gana un mundial al otro lado del atlántico, veremos si el viejo continente logra 500 años después, volver a conquistar al nuevo mundo.