Nº 2: Mundial 1974, final: Alemania 2 – 1 Holanda.

La belleza del fútbol hace que no siempre (o mejor dicho aún, rara vez) veamos a los dos mejores equipos en la final del torneo. Siempre existe la sensación de que un candidato se ha caído injustamente en el camino y no se ve por tanto la final soñada. Sin embargo, el Mundial ’74 si tendría esa final. Alemania y Holanda habían sido los mejores equipos del torneo y tenían entre sus filas a los mejores jugadores del mundo en ese momento: Beckenbauer y Cruyff. Irónicamente esta final no se  habría llegado a celebrar si Alemania no hubiera caído en la primera ronda contra sus vecinos de Alemania Oriental en su único tropiezo en el torneo. De esta forma, la Alemania Oriental caería en el grupo de Brasil y Holanda en segunda ronda, quedando eliminada, mientras que los occidentales ganaron todos sus partidos en su grupo. 
 
Ninguna de un Mundial tuvo un inicio tan trepidante. Holanda sacó de centro y empezó a tocar la pelota realizando un fútbol de posesión que provocó la ira de los aficionados alemanes en la grada que rápidamente empezó a pitar ese juego. Sin embargo Holanda no tardó en salir disparada al ataque. Cruyff penetró como un rayo en el área y fue zancadilleado por Hoeness. Neeskens fue el encargado de lanzar el penalti y por supuesto, este no falló mandando el balón a la red. Tras este inicio devastador para las ambiciones germanas, Holanda se hizo el dueño de la pelota moviéndola de un lado a otro, pero como tanto se le crítica al fútbol de toque a veces, las ocasiones no llegaban. Viendo la fragilidad atrás de la naranja mecánica (el gran punto débil de este equipo), la prensa comentó acertadamente que Holanda iba a necesitar mas de un gol si quería ganar, y así fue. Bonhof sorprendió a todos con una internada en solitario provocando que Jansen tuviera que derribarlo dentro del área. Breitner se llenó de confianza y anotó el empate. Holanda había dejado viva a Alemania y estos se lo querian hacer pagar. Los alemanes se lanzaron al ataque, e incluso Vogts, que se encargaba de marcar a Cruyff, se animó a subir y a buscar un disparo a portería detenido por el portero de la oranje. Pero a pesar de todo esto, Holanda tuvo la oportunidad de adelantarse antes del descanso cuando una contra liderada por Cruyff y Rep, fue horriblemente definida por este último, al que el guardameta Maier ganó la partida. Finalmente, al borde del descanso Muller anotaría el gol decisivo. Su gol número 68 para Alemania por cierto. En la segunda parte el recién salido al campo Van de Kerkhof mandó un buen centro a Neeskens el cual remató con una feroz volea, pero Maier volvió a detener, siendo esta la única ocasión clara que Holanda tendría en la segunda parte.