Hombres y no nombres
De una Armada Española hundida y el Atleti
“El futuro recambio en España no debió comenzar por obligación, sino por convicción.” Eddie Fleischman, uno de los mejores comentaristas de fútbol del Perú.

Cuando la Liga aún era ese juguete tan anhelado pero imposible, Simeone tenía tatuado una frase en su mente que repetía conferencia tras conferencia: “El Atlético de Madrid es un equipo de hombres”. Y no se refería precisamente a que Diego Costa y compañía eran del género masculino, sino que tenían un conjunto de virtudes que a todo ser humano lo harían mejor y que les permitieron llegar a Lisboa: sacrificio, coraje, fortaleza mental y física, esfuerzo, humildad y visión ganadora. No eran jugadores que llenaban tapas de periódicos, muchos eran (y seguirán siendo) desconocidos en países no europeos y tampoco tenían las facilidades económicas, arbitrales y dirigenciales de otros. Pero lograron una gesta inmensa que el mundo debería conocer no solo por pasión al fútbol, sino como un ejemplo de superación. Esa frase y estilo de vida que tenía tan convencido a Simeone y su plantel, que es la base del éxito de todo equipo, grande o chico, en el fútbol moderno, fue pisoteada y olvidada en Majadahonda por la selección de Vicente del Bosque. Gran lección en tiempos en los cuales el fútbol se aleja de ese deporte individualista que premios de diarios y la FIFA fomentan y se acerca a su naturaleza: el juego colectivo. No de Ronaldos, no de Messis, no de Mullers, sino de once estrellas. No existe mejor jugador del mundo sin un mejor equipo de fútbol.
Holanda sangraba a España y Chile se encargaba de aplicar la frase de Simeone una vez más. Vicente del Bosque llevaba a Brasil a los nombres, pero dejaba en España y en el banquillo a los hombres. Sacaba de titular a los nombres: a Casillas, Piqué, Azpilicueta, Xavi Hernández, Alonso, Fábregas. Jugadores con gran jerarquía, experiencia y famosos en todo el planeta, pero que lamentablemente, por cansancio, edad, lesiones y falta de continuidad, estaban muy lejos de un nivel competitivo. Eran nombres sin nada detrás y estrellas con mucho pasado, pero con muy poco presente e incierto futuro. Por presión, por compromiso por haberlo sacado campeón del mundo o por falta de convencimiento, Del Bosque dejaba en el banquillo y en España a futbolistas con mucho más presente, con un rendimiento, estado mental y físico superior. Gabi, Koke, Juanfran, por nombrar solo algunos casos de futbolistas marginados, llegaban al Mundial en mejor estado futbolístico que  Casillas, Xavi, Piqué y compañía. Pero, claro, ¿quiénes son ellos? ¿quién es Gabi? Un desconocido para el mundo que, sin embargo, corría cinco veces más que Xavi. ¿quién es Juanfran? Un jugador que en Perú nadie le pediría un autógrafo, pero que hubiera desbordado todo lo que Azpilicueta no hizo contra Holanda y Chile. 
Después de haber sido aplastado por lo que alguna vez fue la Naranja Mecánica, quiso cambiar a los nombres por los hombres. Se dio cuenta que Casillas era un portero con gran pasado, pero en la actualidad sufría de una inseguridad abrumadora por su suplencia en el Madrid, que tenía a un futbolista en retiro como Xavi jugando de titular, que tenía como defensa central al novio de Shakira que hacía meses que no jugaba dos o tres partidos seguidos de alto nivel, que Diego Costa no podía hacer magia sin tener a su compañero de asaltos (Koke) asistiéndolo, que la reacción de Xabi Alonso había envejecido con respecto a Sudáfrica, que los jugadores del Barza y Madrid estaban fundidos por la fuerte temporada y que en la actualidad, no eran más que nombres sin fútbol detrás. Miro al banquillo, recordó que Gabi estaba viendo el partido por TV, y supo que el futuro estaba condenado: los hombres, esos jugadores que hubieran podido levantar al equipo, no habían jugado juntos nunca. Por más nivel que tuvieran, no se entenderían en solo 90 minutos. Y si queremos excusar al Del Bosque, ¿de quién era la culpa de no haber preparado el Mundial con los hombres y haber mantenido, amistoso tras amistoso, preparatoria tras preparatoria, a los nombres? Se debió haber hecho el recambio por convicción en el momento adecuado, no por obligación producto de una catástrofe.
Más allá de esta reflexión, Del Bosque sacó campeón a España por primera vez en su historia y se merece una admiración y respeto muy grande. Se puede equivocar, como todos. Pero eso no significa que no se le pueda criticar. Simeone, en los Ángeles de San Rafael, no ha dejado de lado este suceso. En su mente, retumba más que nunca, aquella frase del titular. El Atlético de Madrid es un club quebrado económicamente cuya única esperanza para sobrevivir en la élite mundial es jugar con hombres y no nombres. Y eso el “Cholo” lo sabe muy bien.

Daniel R.
Twitter: @Colchonero2012
Blog: http://aupaatleticodemadrid.wordpress.com/