Isaac Cuenca tiene la oportunidad de crecer como futbolista en el Deportivo.Seguramente, con el tiempo será titular, pero de momento ha sido suplente y por eso es un «Jugador 11 y Medio». Esta temporada su aportación está siendo positiva incluyendo el gol del empate ante el Rayo en los minutos finales. Hay grandes expectativas con el rendimiento de este centrocampista, más volante que extremo. Su cualidad para asociarse o crear fútbol debe ser un aspecto importante para conseguir la permanencia del Deportivo.
Desgraciadamente, el pasado inmediato de Cuenca está marcado por las lesiones. Dos infortunios con su rodilla derecha graves han lastrado su progresión en el Barcelona o Ajax. De todas formas, hay que valorar un aspecto positivo, su juego no depende en gran medida de una gran capacidad física. No es un extremo como su compañero canterano Tello, su capacidad para centrar es notable y tiene facilidad para asistir a los delanteros. Además, usa las dos piernas con soltura y tiene la visión de juego de un interior.
Isaac Cuenca puede ser el líder del Deportivo. Es un jugador completo de gran proyección y debe marcar la diferencia en la finalización de las jugadas. Víctor Fernández quiere reforzar el centro del campo y luego confiar en Juanfran y Cuenca para romper las defensas rivales. Además, el canterano blaugrana tiene una correcta definición de cara a gol por lo que frecuentemente lo veremos celebrar goles. Si la rodilla derecha le respeta, Cuenca es un óptimo jugador para Primera División.
El nuevo interior del equipo gallego no es un velocista puro, su virtud está con el balón en los pies. Víctor Fernández está siendo prudente con Cuenca para ir exigiendo más responsabilidad progresivamente. La afición del Depor celebrará las intervenciones de Cuenca porque su calidad es innegable. Mucha suerte para Cuenca, el fútbol debe ser liderado por jugones técnicos que levanten a los aficionados de sus asientos. No tengan duda, Cuenca realizará una gran campaña porque su polivalencia le hacen ser una continua amenaza.
