La pasada temporada recibíamos en Granada la noticia, grata a todas luces, de la llegada de un futbolista de talento.Un hombre que llegaba con las credenciales de haber marcado 18 goles con un equipo de trayectoria muy similar al Granada Club de Fútbol, el Rayo Vallecano con ascensos casi parejos desde el infierno a la 2ª B hasta sueño de la 1ª División del fútbol español. En todo este periplo, Piti, ha sido, no solo participe, si no actor principal del mismo convirtiéndose en un referente en el equipo madrileño. Tanto es así, que los mencionados 18 goles lo convierten en el máximo goleador (en una temporada) del equipo de Vallecas, por encima de futbolistas tan carismáticos como Hugo Sánchez. Esto lo convierte no en un referente mas bien en una estrella, pregunten por allí y ya lo verán.
La llegada de un futbolista así a Granada, junto con Riki (con números parecidos en la temporada anterior), hacía presagiar un salto de calidad en el equipo que nos diera, al menos, la tranquilidad de la permanencia de forma holgada. Nada más lejos de la realidad, aunque tiene un comienzo esperanzador con actuaciones destacadas, cayó lesionado. O eso dijeron, desde entonces entradas y salidas en el equipo con actuaciones paupérrimas intercaladas con otras (las menos) de cierto mérito, y muchas bajas por diversas lesiones. La temporada finaliza con un total de 26 partidos disputados y 5 goles. Muy alejados de los 18 de la temporada anterior (en 35 partidos). En la búsqueda de las causas que expliquen el descenso de rendimiento de un jugador en clara progresión, he leído y he escuchado de todo tipo, desde que el entrenador, Lucas, lo situaba en una posición que le obligaba a sacrificar parte de su talento ofensivo en labores defensivas escorado a una banda, pasando porque le faltaba un futbolista referencia delante que le fije los centrales, como podía ser Baptistao en el Rayo, hasta se comentó que no había llegado a habituarse a la ciudad (cosa que dudo). En mi opinión, fue una mezcla de todo.
Comenzaba la actual temporada y todos esperábamos el resurgir de Piti,esperábamos que, una vez consolidado en el equipo (es uno de los capitanes) tomara los galones y la responsabilidad y comenzara a parecerse lo mas posible a esa estrella, que lo fue en Vallecas. Pero el gran inicio de campaña del Granada no tuvo en Piti al referente que se supone. Ahora que los resultados comienzan a ser menos agradables hemos podido ver un Piti fuera de los partidos en muchas fases de los mismos, que se le acaba la gasolina demasiado pronto y que no da frescura al juego en ataque del Granada. El cambio de entrenador, el inicio de la nueva campaña, no han servido para invertir esa trayectoria negativa. Se le ve el el campo agotado, sin ideas, le sobran siempre 30 minutos en los partidos y no encuentra la conexión esperada con el resto de atacantes.
Foto: mundodeportivo.com.

Yo sigo pensando que es un gran jugador, no voy a pedirle que con 33 años de el mismo rendimiento físico que cuando tenía 23, pero que ese puntito físico que baja, como todo hijo de vecino, con la edad debe verse suplido con la experiencia. Aunque, como acertadamente se dijo en la retransmisión tuitera de @yosedelgranada, se ha terminado el crédito que traía un nombre como el de Piti, ha llegado la hora de descongelar a la estrella, porque el Granada necesita de su saber estar y de su talento (que lo tiene), el equipo necesita «jefes del cotarro» que marquen el camino y Piti por trayectoria debe ser uno de esos «jefes». Creo, por tanto, que es un problema mental que Caparros y su equipo técnico deben solucionar porque este jugador puede dar grandes cosas al Granada. De momento Piti no está, pero creo que, al menos, se le espera.