Es a beneficio la valoración que se le da hoy en día al capitán. El encargado de portar la banda en el brazo no es más que un objeto de favoritismo para muchos o  simplemente la materialización de una afición para otros, pero para pocos el capitán es una pieza emocional clave en el equipo, para pocos tiene una real importancia.
 
Algo triste, sí. Nunca será bueno que el hombre al cual debes delegar para que delegue se disminuya en una simple imagen. El tiempo no tiene condición ni contexto, la banda de capitán es una actitud,una característica más allá del objeto físico de la banda como tal, es algo que tienes o no tienes, una actitud con la cual te haces. Ahí lo delicado, en la vidas pocos se hacen, pareciera que en la sociedad actual quieren que creamos que con todo se nace, pues no, las circunstancias hacen y desenvuelven, de ahí salen los hombres, y, por ende, los lideres de hombres.
 
Silenciosos o habladores, lideres siempre serán lideres y hoy admiraremos a uno en especial, uno que presenta condiciones interesantes en todos los contextos en el que se le mire, en todas las ideas que se quieran matizar, un capitán que hace más de lo que una simple vista percibe: Ese capitán es un hombre salido de los barrios ingleses, su nombre es Wayne Rooney.
 
El diablo rojo por excelencia logra traducir una imagen tan grande como la del club de Manchester y plasmarlo en cada pase, en cada regate, y, más importante, en cada gol. No hay mejor circunstancia para semejantes interpretaciones que una donde se juegue más que un partido, una donde se juega el corazón de una población, ningún partido mejor que el Derby de Manchester.
 
Hoy no traemos un análisis divido en fases, ni en situaciones positivas o negativas, sería redundar dentro de condiciones ya tan conocidas y vistas. En este análisis detallamos las aristas vistas en el ya mencionado Derby:
 

PUNTOS QUE DESTACAR

 

1. Impacto inicial, Rooney jugará de interior ante los ciudadanos: Más allá de cualquier impresión táctica es muy relevante que un jugador de su categoría y de su capacidad goleadores se disponga a jugar de interior, y además, que lo haga con semejante facilidad. Ahí ya vemos dos cosas claves: Que Rooney tiene la disposición de jugar donde sea necesario siempre priorizando al equipo, y que tiene condiciones técnico-tácticas para desarrollar dicha disposición.Logramos ver a un Wayne muy incisivo en las transiciones y con un papel vital en la búsqueda de las espaldas de los centrales locales, pasaba el balón, pero también se filtraba en zonas ofensivas. 
 

 

La intención de Van Gaal era clara, se tenía que poner en desventaja al mediocampo del City a como de lugar, ese frágil doble pivote tenía que verse en adversidad y los jugadores que mejor entendían esas circunstancias eran Fellaini, Blind y el ya mencionado Rooney. El capitán inglés tiene tantas condiciones y facetas que es algo totalmente natural su uso en zonas más retrasadas de la cancha, tiene poder para transmitir el balón y para sostener el mediocentro, liberando al belga Fellaini que se involucraba en un trabajo más sucio.

Vemos como el United cerraba el carril central evitando que el mayor artífice de la transición rival, Yaya Touré, entrará en contacto directo con el balón y con la posición. Lo curioso deriva cuando vemos que Rooney jugaba más atrás que Fellaini, esto tiene una explicación: En el repliegue y presión Fellaini era el jugador ideal para presionar directamente al rival, ese incansable tanque que molestaba a cada segundo los toques del rival en su campo.
 
2. Fijar, pero también ser fijado (1×1 contra Yaya Touré): Como interior el inglés se veía obligado a marcar zonalmente y tener que fijar a los rivales próximos, pero, el contrario también conocía sus condiciones así que Rooney también sería fijado y marcado por el rival directo, en este caso Yaya Touré. Ese 1×1 dio mucho que hablar, tanto el marfileño como el británico se veían adentrados en una lucha instantánea por el carril central, ambos los jugadores con mayor perfil a la hora de distribuir la pelota en sus respectivos equipos. 
 

A nivel de comparación ambos líderes de sus equipos tuvieron un rendimiento similar, siendo vitales para la producción ofensiva. Yaya no tuvo tanta exigencia táctica como Rooney que llegó a posicionarse en 3 sectores y funciones diferentes del campo debido a la tempranera expulsión. Vimos a ambos jugadores encontrarse constantemente en el campo.

Al final de todo el jugador celeste tuvo más disparos y pases acertados que el diablo rojo, pero creo yo que la labor que hizo Rooney en este partido no la hacía Yaya Touré. Ambos grandes, hoy objetivamente le damos el mérito y victoria en esta comparación al inglés, que lo dejó todo y más. 

3. Maestro de los hilos: La posición retrasada de Wayne no venía solo con el repliegue, también con el despegue ofensivo, con la transición del balón en las diferentes fases. Cuando el balón partía de la línea de fondo el United se paraba con Blind como tercer central y con Fellaini en amplitud, en el caso del holandés su retrasada posición se daba para complementar a la zaga numericamente dando más ductilidad al primer pase, en cambio, el belga adelantaba líneas con la intención de recibir y/o pivotear un balón largo como recurso de salida, debido a que el City presionaba arduamente. A todas estas queda la duda de la colocación de Rooney en relación a dichos parámetros, acá la respuesta:

Rooney al ser el volante con mayor facilidades con el balón termina siendo el conectivo entre las diferentes fases y zonas de juego. La verdad es que funcionó mientras el United jugaba con once, pero se pudo hacer mucho más daño si Fellaini hubiera complementado más a Rooney, inclusive el mismo Januzaj podía aportar a la movilidad de la esférica por ese costado derecho, pero no ocurrió y se llegó a sobrecargar al todocampista inglés y sin embargo, respondió la mayoría de las veces. 

4. Di María pasa al centro: Acá lo ligeramente criticable de la actuación del capitán rojo, además de las oportunidades falladas de cara a la arquería: Cuando el argentino Di María, que partió de extremo, pasaba a jugar en el centro del campo para tener mayor contacto con el balón Rooney pasaba posteriormente a jugar de falso ’10’, algo un poco ilógico en mi opinión. Ilógico en el aspecto de que Rooney siguiese centralizado y no haya tenido la intención de abrirse por la banda cediendo así el medio para el argentino. Ya en el centro del campo existían entes tales como Fellaini, Robin van Persie y el ya mencionado Di María, Rooney debió abrirse.

Igualmente la combinación entre el ex Everton y el ex Real Madrid funcionó momentaneamente, con Wayne siempre a la cabeza del ataque jugando de espaldas al arco; Di María movilizaba más.

 

LA REENCARNACIÓN DEL DIABLO


Poco y nada más se puede decir de un jugador como éste. Todos estos detalles pasan a un segundo plano cuando vemos un sentido de pertenencia tan alto, de una clase tan silenciosa. Un jugador que ha dejado de ser tan mediático y que ha pasado a ser importante en su totalidad. Van Gaal está enamorado de él y no es para menos, un muchacho que decide correr toda la cancha y jugar donde se le ponga es una herramienta vital para un entrenador como el holandés. Un ejemplo para cualquier hincha de los diablos rojos, una reencarnación que hace palpitar a los fanáticos ese sabor que habían perdido y que hoy es más que una banda de capitán.