Mario Mandzukic, el día de su presentación
con el Atlético (Foto: clubatleticodemadrid.com)
Mario Mandzukic tiene un problema…

Desde hace varios años, todos los delanteros centros del Atlético de Madrid han sido, por unas razones u otras, bastante espectaculares y efectistas cara a la grada(lo cual no quiere decir, ni mucho menos, que no sean efectivos; ahí están los números). Desde Fernando Torres hasta Diego Costa, pasando por Forlán o Agüero, todos han sido delanteros bastante “plásticos”, si se me permite la expresión. Y la afición del Calderón lleva muchos años acostumbrado a ese tipo de delantero y parece (o parecía) que no le gusta otro.

… y una solución.

Mandzukic es una delantero absolutamente diferente: un delantero más posicional, más para servir como referencia, no para moverse por todo el frente del ataque, ni mucho menos para arrancar desde el centro del campo. Mandzukic no tiene la potencia y velocidad del Fernando Torres de los primeros años, no tiene el tiro de larga distancia de Forlán, no tiene la genialidad de Agüero, no tiene el desmarque y la velocidad en carrera de Diego Costa… Ni falta que le hace.

A principios de temporada, en el Calderón, se escucharon muchos comentarios del tipo de “Mandzukic no me gusta”, “A Mandzukic no le veo nada”… A juicio de uno, Mandzukic es un delantero de equipo grande, mucho más sobrio y menos efectista que los anteriores pero igual de efectivo (o más). Lleva, a día de hoy, 12 goles en 20 partidos. Números de delantero grande.

En lo que se refiere al juego del Atlético, es evidente que tiene que cambiar (está cambiando, de hecho): del juego rápido, de contraataque, de pase largo a Costa a la espalda de la defensa contraria, hemos pasado a un juego más pausado, más elaborado que busca como último fin encontrar el hueco adecuado para que Mandzukic remate. Y en eso está Simeone. Como dijo el propio argentino a principio de temporada: “Este año es más divertido porque tenemos que volver a inventar”. A gran parte de la afición no le gustó esa frase porque todos disfrutábamos mucho con el “aburrimiento” de años pasados pero, en apenas tres meses, Simeone está consiguiendo (otra vez) callar bocas: con un juego mucho más de pase y de control que otros años, está haciendo un equipo igual de sobrio, un equipo que mantiene el pulso en Liga con los dos “Fuera de Categoría” (que se decía en ciclismo) y que se ha clasificado, por segundo año consecutivo, primero en su grupo de Champions.

Y aunque también Simeone trabaja el que los centrocampistas y los defensas aporten goles, parte de este mérito lo tiene Mario Mandzukic. Por supuesto, no llegará a los números de Cristiano, ni de Messi, pero apuesten conmigo que no andará muy lejos del tercer puesto en la tabla de goleadores.