Mis deseos para este 2015, y que le pido encarecidamente a los Reyes Magos, porque creo haber sido bueno (o al menos, eso he intentado), es, a parte de que se cumplan mis objetivos personales y profesionales, ver a un Valencia que resurge de sus cenizas, y que vuelve con mas fuerza que nunca, después de unos últimos 10 años, en los que, quitando raras excepciones, ha ido arrastrando el escudo por los campos de España y Europa, y exasperando a su sufrida afición.

Quiero a un Valencia guerrero, completamente combativo, capaz de plantar cara a los mas poderosos.. pero sobre todo, quiero que vuelva ese Valencia bronco y copero que tantos sarpullidos levanto entre los medios y aficionados de la Meseta Central, y que utilizaban un calificativo, en teoría desagradable, que no voy a reproducir aquí, para referirse a nuestro amado Valencia. Un calificativo, que mostraba el enorme miedo y respeto que infundía a sus rivales, antes de caer en las manias del «nuevo rico», que espero no se vuelvan a repetir de la mano de Peter Lim y Amadeo Salvo.

Con el fichaje de Enzo Perez, confirmado ayer oficialmente por Valencia y Benfica, se completa una plantilla, en teoría, enormemente competitiva, para intentar conseguir a toda costa, el objetivo para esta primera temporada del nuevo proyecto: clasificarse para la Champions League.

Con este articulo, que aunque breve, espero que os haya resultado intenso, despido este 2014, y espero que el 2015, os traiga enormes alegrías personales y profesionales, y por supuesto, la resurrección definitiva, esta vez para quedarse eternamente, del gran Valencia.