Sevilla: Los motivos por los que Joaquín Caparrós rechazó entrenar al Valladolid
El hasta el viernes el entrenador del Granada Joaquín Caparrós partió hacia Sevilla sin despedirse de los que hasta ese mismo día fue su afición, tampoco a día de hoy lo ha hecho de los que fueron sus jugadores.
 
Quizás las ganas de largarse eran tan grandes, que solo una carta en su blog sirvió como despedida. El de Utrera, un apasionado del marketing, llegó a Granada aclamado por una afición a la que ahora no le ha dicho ni adiós en persona. Si le dijo «buenas tardes» cuando fue presentado enLos Cármenes con alfombra roja incluida. Después se reunió con la  prensa, para terminar con un grupo de aficionados, todo ello acompañado de fotos y alguna cerveza, para que todo pareciese una reunión de amigos y de paso buscar el apoyo para esos momentos difíciles.
 
El ser andaluz, no implica ser gracioso y tener arte, porque el hasta hace poco el técnico del Granada, nunca se distinguirá por ser un tipo gracioso, quizás todo lo contrario, aunque para entrenar no hay que serlo pero lo que nadie le va a discutir es su profesionalidad, esa está fuera de toda duda. Sus reprimendas a los jugadores en público, para que los asistentes lo oyeran, no era la mejor forma de ganarse un vestuario, «corre usted peor que yo»«ha venido usted hoy durmiendo»«se lo he repetido 30 veces y no se entera», fueron frases que se escucharon en algunos entrenamientos en la ciudad deportiva de Armilla, al igual que «levántese usted ya, que para jugar en primera no hay que quejarse tanto», el jugador en cuestión que recibió esta última frase, se tiró  tres meses lesionado precisamente por ese percance, juzguen ustedes mismos.
Joaquín Caparrós: «lo que quiero y me gusta es entrenar» - Utrera Digital
 
Su cabezonería a rectificar un sistema le ha podido llevar quizás a una pérdida de puntos, pero la falta de confianza por parte del vestuario hacia su persona, le ha llevado a perder el puesto de trabajo. Su alta experiencia en primera, no ha sido suficiente para lograr un éxito que se suponía allá por el mes de Junio. Por otra parte la directiva aguantó demasiado tiempo en asumir la necesidad de la destitución. Dar «puñetazos» en un vestuario y amenazar no es la solución cuando se busca sobre todo hacer piña. El diálogo entre los capitanes, técnicos y «jefes», hubiese sido una buena manera de ganar tiempo, pero esas formas cuesta mucho, sobre todo si hay que decirse las cosas a la cara.
 
Caparrós ahora tendrá tiempo suficiente para visionar los dos partidos (Córdoba y Sevilla) para darse cuenta en el que hay días en el que «tus jugadores no te comprenden». También con el dinero recibido( va a cobrar prácticamente el contrato íntegro), tendrá suficiente para preparar su próxima aventura, de la que tenía muchas ganas de que llegase, puesto que a pesar de tener «la mejor plantilla y afición del mundo» sus ganas de irse eran superiores a las de quedarse.
 
La historia se escribe con entrenadores, jugadores, presidentes, directivos, aficionados … por cierto,Caparrós ya es historia y punto.