Que haríamos sin nuestro utillero.
Los futbolistas pasan, los entrenadores también, y los presidentes no son menos. Pero siempre hay una figura básica en el equipo que sigue a pesar de los cambios de directivas, cuerpos técnicos o propietarios del club. Hablamos de los utilleros.
Los utileros siempre están alejados de la popularidad y los focos que iluminan a las estrellas mediáticas. Pero sin ellos un equipo no funcionaría igual. Son los encargados de la logística del vestuario.
Son los primeros en llegar y los últimos en marcharse de las ciudades deportivas, son los amigos de los futbolistas, en algunos casos sus confidentes, y la mayoría de ellos conocen las manías y supersticiones de los futbolistas mejor que nadie.
Pero no solo eso, preparan las equipaciones, colocan las botas de cada futbolista y se encargan de que no falte de nada a los jugadores. Los utilleros son parte fundamental del club. Los futbolistas lo saben y lo demuestran cada vez que pueden. Cuando a comienzos de año, “Serreta” el mítico utillero del Valencia se desplomó en Paterna, los mensajes de apoyo de los exfutbolistas, futbolistas y gente del fútbol no tardaron en sucederse. EL mensaje que mejor resume lo que significa un utillero fue el que publicó Curro Torres: “Mucho ánimo a nuestro amigo serreta. Te queremos”.
Los aficionados al fútbol no solemos pararnos a pensar que detrás de los astros hay personas humildes y trabajadoras que se dedican en cuerpo y alma a su trabajo para que los cracks puedan brillar. Pero los hay y son básicos para el funcionamiento y armonía de un vestuario. Y más en el caso de vestuarios con tantos egos como los de los grandes equipos.
Sin embargo, los que hemos jugado al fútbol a nivel aficionado deberíamos ser los primeros que pusiésemos en valor la figura del utillero, y muchas veces no lo hacemos. Vaya desde aquí mi homenaje a ellos.