Moyes en un entrenamiento de la Real Sociedad (Foto Marca)
A estas alturas seguramente que todos conozcan al nuevo entrenador de la Real Sociedad, el escocés David Moyes. Quizá ya le conocieran por su estrepitoso paso en el Manchester United, pero seguramente muchos desconocen su gloriosa etapa en el Everton. Su andadura de 11 años en el segundo club de la ciudad de Liverpool le concedió éxitos, reputación y un gran respeto de sus rivales.
Su primer equipo fue el humilde Preston North End,en el que él mismo colgó las botas. Allí estuvo seis temporadas, donde ya comenzó a ganarse la leyenda. Consiguió dejar a equipo en la Football League Championship (segunda división inglesa), comenzando en la cuarta división y en su última temporada estuvo a punto de ascenderle a la Premier League. De ahí pegó el salto al Everton.
Al Everton llegó en la temporada 2002 y gracias a Moyes esa temporada el equipo evitó el descenso de categoría, lo que le dio gran impulso para comenzar su primera temporada completa en el banquillo. Esta primera temporada al frente de los ‘Toffees’ terminó de forma algo traumática, ya que en el último partido perdieron la plaza que daba acceso a jugar la UEFA. La temporada siguiente las cosas le fueron mucho peor y se salvo in-extremis del descenso, con la peor posición del equipo en toda su historia (17º con 39 puntos).
Aún así, el club confió en él y siguió a la cabeza del proyecto, algo que ahora agradecen en el Everton. Y este fue el año del cambio. El juego de Moyes se caracterizaba por entonces como más físico, pero en la temporada 2004/2005 el escocés descubrió e hizo debutar al que a la postre se ha convertido en uno de los mejores delanteros de Inglaterra, Wayne Rooney, y fichó al español Mikel Arteta, al que le dio la batuta del juego ‘toffee’.
Y el experimento le salió realmente bien a Moyes, ya que esa misma temporada lanzó al Everton hasta la cuarta posición de la liga inglesa, quedando por encima del Liverpool, y clasificándose para la ronda previa de la Uefa Champions League. Todo esto le valió ser condecorado como mejor entrenador de la Premier League o ‘manañer del año’ (título que ya había conseguido en su primer año y que volvería a ganar algún año más tarde).
Su forma de juego se consolidó en los años posteriores, convirtiéndose en un rival molesto para los considerados equipos ‘grandes’(Manchester United, Chelsea, Arsenal, Liverpool). Consiguió que Goodison Park fuera una plaza difícil de lidiar, y lo consiguió con un equilibrio de jóvenes talentos prometedores y jugadores veteranos con ganas de hacer algo grande. Su principal seña de identidad siempre ha consistido en una buena defensa organizada, y un medio del campo que pueda llevar rápido, pero con calidad, la pelota al área rival, teniendo arriba delanteros capaces de ejercer una presión asfixiante. Manejó de forma magistral un vestuario con jugadores que pasaban de la treintena, como Howard, Osmar, Jaglieka, Pienaar… y lo equilibró con jóvenes no faltos de calidad como Arteta, Fellaini, Mirallas o Rodwell.

David Moyes da instrucciones a Mikel Arteta durante un partido del Everton (Foto: The Telegraph)

A punto estuvo de conseguir un título para los ‘toffees’, ya que en el año 2009, se quedó a las puertas de ganar la FA Cup, que perdió frente al Chelsea. Pero si consiguió mantenerle en la parte de arriba de la clasifiación, participando muy a menudo en competiciones europeas.

Moyes llega a la Real Sociedad tras el varapalo del Manchester United, pero con aires nuevos y moral recargada. El cojunto ‘txuri-urdin’ recuerda al Everton que manejó el escocés, y con un poco de paciencia y confianza puede lograr los mismos éxitos que allí cosechó.