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El Liverpool hizo historia al remontar 3 goles en una final (marca) |
El 25 de Mayo de 2005, se produjo uno de los mayores milagros que se recuerdan en la historia del fútbol. Ese día se disputaba la final de la Champions League en Estambul entre el Milán y el Liverpool, que en ese momento estaba comandado por el español Rafa Benítez.
Los equipos se presentaron el la final de un modo bien distinto. El Milán fue primero de su grupo en la fase previa, y posteriormente dejó en la cuneta a Manchester United, Inter de Milán y PSV Eindhoven, siendo este último el rival que más apuros puso al temible equipo milanista, que en ese momento contaba con jugadores como Cafú, Nesta, Maldini, Pirlo, Seedorf, Kaká o Shevchenko.
El Liverpool por su parte fue segundo de su grupo, empatado con el tercero, pasando por gol-average. Y en los cruces apeó a Bayer Leverkusen, Juventus y Chelsea. Menos el cruce del Leverkusen, nunca ganó por más de un gol de diferencia la eliminatoria.
La final marcaba un claro favorito, el Milán, debido a la mayor calidad y experiencia de su plantilla, ante la ilusión «red» que volvía a lo más alto del panorama europeo muchos años después. El encuentro comenzó como se esperaba, con el Milán imponiendo su calidad. Y apenas con el primer minuto disputado, el defensa Paolo Maldini ya había anotado el primer gol para el equipo «rossonero». Con el Liverpool sumido en el desánimo, el Milán acumulaba ocasionesdurante la primera mitad. En el minuto 39, el argentino Hernán Crespo hacía el 2-0, y para colmo, anotaría también el 3-0 justo antes del pitido final, poniendo un casi definitivo resultado camino del vestuario.
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Benitez hizo que el equipo creyera (marca) |
Ahí es donde comienza el milagro. Con 3-0 en contra, Rafa Benítez aprovecha el tiempo de descanso para intentar arengar a sus jugadores sabiendo la importancia del encuentro. Pone a su afición por bandera. Sus palabras fueron estas:»No bajéis la cabeza. Todos los que volváis al campo tenéis que tener la cabeza alta. Somos el Liverpool, jugamos para el Liverpool. No lo olvidéis. Tenéis que mantener la cabeza alta por los aficionados. Tenéis que hacerlo por ellos.»
Estas palabras retumbaron en los oídos y el corazón de los jugadores, apoyados en una afición que no dejó de cantar y animar a los suyos durante el descanso. Algo que los «Tifossi» milanistas no llegaban a entender.
Comenzó la segunda mitad y el Liverpool parecía otro. Su cambio a la defensa de 3 hacía que embotellara al todopoderoso Milán. En el 9 de la reanudación, el eterno capitán Steven Gerrard abría las ilusiones con un gol de cabeza a centro de Riise. Comenzaba la intentona de remontada en una final de Champions League.
Tan solo dos minutos después, el Liverpool se enganchaba definitivamente al partido cuando Smicer conectaba un tremendo zapatazo cruzad desde fuera del área, ante el que Dida no pudo hacer nada, poniendo el 3-2 en el marcador.
La afición y el equipo eran uno en ese momento. Solo se escuchaba a los aficionados «Red» y llevaban al equipo en volandas. La ilusión y el sentimiento de remontada se palpaba cada vez más, y en el minuto 60, se señañaba un penalty sobre Gerrard. La pena máxima la ejecutó Xabi Alonso. Dida consiguió detener en primera instancia el balón, pero el propio rechace lo introdujo el español. Se había empatado la final en apenas 16 minutos.
El Liverpool volvió a bajar una marcha en los últimos minutos. El Milán se recuperó, y dispuso de tres oportunidades inmejorables en las botas del ucraniano Shevchenko que solventó el portero Dudek. Se llegaba al final de los 90 minutos con 3-3.
La prórroga fue algo más calmada, como una calma tensa previa a la tempestad. La tempestad trasformada en la lotería de los penaltys.
Comenzó lanzando el Milán en botas de Serginho, y su disparo se marcho alto al ir a ajustar en la escuadra. Hamman anotó el suyo para los ingleses. Turno para Andrea Pirlo, que ejecutó de manera deficiente y su disparo lo rechazó Dudek. Cissé ponía el 2-0 al meter el suyo. Tomasson conseguía inaugurar el marcador «Rossonero», y Riise ponía la emoción al errar el suyo. Kaká igualaba a dos, pero Smicer también anotó el suyo. Total, 2-3 para el Liverpool faltando un penalty.
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Momento de la parada de Dudek a Shevchenko (marca) |
Para el quinto el Milán eligió a su estrella Shevchenko, y sucedió como en otras grandes citas… la estrella falló su pena máxima, haciendo de esta manera que el Liverpool consiguiera la Champions League, y convirtiendo a Dudek en el Héroe del momento.
Un equipo que en descanso perdía 3-0 ante un equipo infinitamente superior, pero que con ganas, entusiasmo y el apoyo de su gente consiguió hacer real el milagro, el que desde entonces hasta nuestros días se denomina «El milagro de Estambul».