21 jornadas, 27 puntos; en tierra de nadie, a 11 los puestos europeos, y a 9 de los puestos de descenso. Todo indica que el Eibar vivirá un final de temporada tranquilo. Una situación ideal ideal, que firmaría cualquier aficionado a principio de la temporada, incluso también hace dos meses cuando el equipo caía derrotado ante el Real Madrid 0-4 y se colocaba a 4 puntos del descenso y con un calendario bastante complicado en el horizonte: Celta, Almería, Sevilla y Valencia.

Los dos últimos partidos, a pesar de las derrotas, no han dejado malas sensaciones en el equipo. En Anoeta, el conjunto armero tuvo sus ocasiones en la primera parte, Rulli evitó que el Eibar fuese con ventaja al descanso y dejar tocado a la Real Sociedad. En la segunda parte, los txuriurdin fueron superiores, y un gol bastante afortunado decantó la balanza a favor de los donostiarras; a pesar de todo, el Eibar estuvo a punto de empatar con un disparo de Arruabarrena que desvió Iñigo Martínez, evitando el gol.

El pasado sábado, el Atlético de Madrid visitaba Ipurua en medio del temporal, que condicionó el partido por completo, ya que el campo eibarrés parecía un circuito de ciclocross, más que un campo de fútbol, especialmente la mitad del campo más cercano a los banquillos. Los rojiblancos se adaptaron mejor al partido, y marcaron rápido, por medio de un Antoine Griezmann, que las últimas jornadas está imparable. Para cuando el Eibar intentó reaccionar, Mandzukic en dos acciones casi seguidas casi hizo imposible que el Eibar tuviera opciones en el partido.  A pesar de todo, gracias a la actitud admirable de los jugadores, no tiraron la toalla, e intentaron intentaron marcar el gol del honor en la hora restante de juego. Piovaccari, que ha entendido a la perfección el espíritu Eibar, el que pide Gaizka Garitano, no dejó de luchar en todo el partido, y justo al final tuvo su premio del gol, gracias a una buena jugada de Saúl Berjón, que está siendo de los mejores del equipo en los últimos partidos.


Resumiendo, han sido dos derrotas, ante dos equipos dificilísimos, pero que en los dos el equipo ha dado la cara, como casi en todos los partidos que llevamos de Liga.
Ahora vienen dos jornadas, que, en gran parte, marcarán el devenir del equipo en los que resta del temporada, dos rivales directos en la lucha por evitar el descenso, el Deportivo y el Elche. Si el equipo obtiene dos buenos resultados, la permanencia estaría casi asegurada, si se obtienen dos negativos, habrá que luchar bastante por salvar la categoría.
El Deportivo está haciendo una buena temporada, además viene de una victoria en un campo siempre difícil como Vallecas, con dos goles de su nuevo fichaje, Borges. Un año más tarde toca visita a Riazor, que trae buenos recuerdos, gracias en gran parte, al gol de Jota Peleteiro, un gol de pura estrategia, calcado al que marcó Manu del Moral al Getafe.


Después visitará Ipurua el Elche, que todo indica que sufrirá hasta el final, y que depende en gran parte, de su delantero Jonatas, que está haciendo un temporadón. Dos victorias dejarían prácticamente sentenciada la permanencia. Algo impensable hace dos meses.

Por otro lado, la mala noticia del partido del sábado, aparte de la derrota fue la lesión de Manu del Moral, que estará de baja varias semanas. El andaluz estaba rindiendo bien los últimos partidos, y que había marcado goles importantes, como los marcados en Vigo, Cornellá y el citado gol ante el Getafe.