El tiempo avanza inexorable, implacable. No respeta leyes, ni equipos, ni aficiones. Y al Granada cada vez le queda menos tiempo. Menos segundos,minutos, horas, partidos…para salvar la temporada y permanecer un año más en la liga de las estrellas. Ayer el equipo tenía una prueba de fuego ante un rival directo por esta lucha como es el Levante de un viejo conocido…y todo salió mal.
El equipo no es el reflejo de Joaquín Caparrós (gracias a dios). Ya no queda rastro prácticamente, aunque por momentos, adopta baremos que fueron automatizados con el ex entrenador utrerano. Sin embargo el Granada sigue adoleciendo de problemas de creación, de fallos puntuales defensivos que cuestan derrotas y por supuesto de gol. Un mal endémico este último, ya que el Granada si nos ponemos a recopilar temporadas anteriores de Primera División siempre ha padecido el mismo. Pero supo convivir con él, especialmente gracias a una gran defensa y disciplina. Ahora mismo esta temporada ese aspecto falla, por tanto entre ambos detalles, sumado a la mala suerte, las lesiones y los arbitrajes (sí los arbitrajes) es el cóctel diabólico perfecto para que el equipo nazarí se encuentre donde está: puestos de descenso y con la salvación más lejos, concretamente a cuatro puntos (próximo duelo ante el Barcelona).
La nefasta planificación de verano, con malos fichajes la mayor parte en el periodo estival, más el fracaso con Caparrós, y especialmente el haber tardado tanto en destituir al mismo, pueden tener más consecuencias a la larga de lo que muchos aficionados nazaríes pensábamos. El equipo navega a la deriva por un mar de tempestades representadas en las lesiones y los estamentos arbitrales de la Liga de Javier Tebas. La proa ha comenzado a inundarse y ahora…
Toca achicar agua efectivamente. Entre todos. Un servidor va a abrir su sentimiento desde otro punto de vista de redacción no tan “neutral”.
En mi caso personal (y como muchos otros imagino) este club no es mi club de nacimiento, sino de hace unos cuantos años, por motivos especiales, pero he aprendido a sentirlo como el que más. Hemos sufrido con las permanencias en Primera siempre (salvo una temporada cuando nos salvamos con una jornada de antelación) y el ADN de este club lleva grabado eso: sufrir. Pero siempre con recompensa. Con ganas de saber que se ha intentado. Con saber que los jugadores se dejan la piel, sufren, ríen…o llorar como Iturra ayer después del duelo. Tengo que admitir que los primeros años de aficionado a este maravilloso club nazarí eran alegría pero con un temor importante al descenso a Segunda. Pero esto ha cambiado. No tengo miedo al descenso, porque como se suele decir “A veces es mejor dos pasos atrás para dar un paso adelante aún más grande”. Y lo más importante, he aprendido a estar cada vez más con este equipo, especialmente en las malas, donde he comprobado que muchos no están, aunque gracias a dios otros sí, gente que de verdad siente el club por encima de los resultados.
El lema del año pasado tengo que decir que me encantó, quedó marcado para mí….”Luchar para ganar”. Es un leimotiv no sólo para el mundo del balompié sino para la vida. No es sólo para los jugadores, sino para nosotros, para los aficionados. Si no luchamos por lo que es nuestro, si no animamos, si no apoyamos al equipo…estaremos condenados. Pero si todos nos concienciamos que este club está por encima de resultados, de árbitros incompetentes, de manos negras y de lesiones misteriosas de larga duración, es entonces cuando habremos entendido lo que significa el Granada CF.
Por todos esos maravillosos momentos vividos con el ascenso a 2ª ante el Alcorcón con ese Amayazo, por DON Manuel Lucena, por esa maravillosa conexión Benítez-Geijo que me encandiló, por la eliminatoria agónica ante el Vigo con un “IronMan-Roberto”, por ese gol de “Leyenda” de Odion ante el Elche con ascenso incluido, por Mikel Rico y Siqueira, por el terrible sufrimiento la última jornada de Liga en Primera ante el Rayo con el gol del mesías Falcao, por los momentos de “matagigantes” ante el Real Madrid y Barcelona en Los Cármenes, por la final en Valladolid del año pasado con un Alcaraz inconmensurable…por todos esos momentos, por todos ellos, te pido lector, cierra los ojos, cuenta hasta diez…y lucha para ganar.
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