La victoria no es para los cobardes, los acomodados o los simplemente afortunados. Al menos en competencia con algún otro o sin ayuda de la fuerza del destino (Lisboa). El Madrid, líder en calidad, golpeo, velocidad, toque y demás conceptos futbolísticos, sucumbió en el Calderón por una razón básica: no poner encima de la mesa el trabajo y la intensidad (o ganas, para los esquivos del término) que el Atlético de Madrid. No aportar lo último puede valer durante tres meses, pero ante Simeone te lleva a chutar por primera vez a puerta en el 80′ con tres ya en el zurrón. La alegría va por barrios, la de Ancelotti sería encontrar el timón de un equipo que se despedaza entre críticas a sus figuras, lesiones graves y agotamiento «queirozista». La negación mil veces no convierte a la mentira en verdad.

Los rojiblancos, acostumbrados a perder unidades pronto en los partidos importantes, se encontraron en el 8′ con Godín envuelto en sangre y Koke tirado en el césped claudicando. El comienzo de encuentro parecía avanzarnos un partido tosco, con igualdad y sin muchas ocasiones. Quizás fue la hora de la siesta, esa en la que el Madrid suele comenzar con el café aún en la mano y a la que el aficionado ya se ha acostumbrado. No resucitaría el ‘6’ rojiblanco, pero sí aparecería una nueva luz con la entrada de Saúl Ñíguez y empezaría la acción.

No fue el día de Iker
(Fuente Imagen: www.as.com)

Mandzukic, al que las acusaciones de ‘tronco’ al principio de temporada deben resbalarle al ritmo que perfecciona su rol día a día, controló un balón ante el que todo killer siente necesidad de chutar a quemarropa y cedió a Tiago en la frontal. El portugués, proscrito y perdonado al nivel de su importancia en los partidos grandes del Atlético, chutó desde la frontal centrado para que Iker hiciera el resto. La mantequilla resbala más que las críticas. Los aficionados locales convirtieron en burla la a veces división madridista con el famoso «Iker, Iker». El capitán, capaz de mantenerse en el anonimato durante meses sin peligro en Liga y con la Copa sin ser su negociado, desfallece con errores graves cuando la cosa se pone tensa. El ángel aparece porque se tiene, pero las galas a las que asiste son ya sólo las de nochevieja

El espectacular tanto de Saúl
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En el 18′ la acción evolucionaba en espectáculo. Siqueira, criticado justamente por no alcanzar el nivel óptimo al crecer las metas, apareció por banda para poner un balón a Saúl que el canterano, con una chilena magnífica que golpeó antes en el palo, convirtió en el mazazo definitivo para los de Ancelotti. La euforia estalló en el Manzanares con el picor de nariz que te dice que será una tarde inolvidable. Tras la partida de mus despertaría el Madrid, especialmente al ritmo de Toni Kroos, el interruptor que sin Modric marca el on/off de los blancos. La reacción no valía, y menos con el descanso ya tan cerca y con la BBC en carta de ajuste, pero hizo valorar a los rojiblancos lo que consiguen derby sí y derby también últimamente mientras su gran rival no se levante. Quizás dure un siglo, y el pasado no mueve montañas, pero hasta hace no mucho la historia era al revés. Al Madrid le persigue ahora el complejo, lo más complicado de alejar en el fútbol.

En la 2ª mitad Isco y Kroos, sin una versión del malagueño a la altura, redescubrieron que Khedira suele hacer la labor de un viandante que se te para a charlar con otro cuando tienes prisa y la acera es chica. Chocarte. El dominio volvió a ser estéril con cuatro atacantes, ante los que el Atlético puso la hoja de ruta en contraataque. El amarillo del post-it de la página marcada era el de la cabellera de Griezmann, que con ayuda de Arda, lanza regalos como botas, y Saúl, protagonizaron el tercero en la cuenta.

Cristiano claudicó
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El Calderón vitoreaba al ídolo de adolescencia de tantos en el estadio, deseando una cuota de protagonismo en la goleada de las que no aparecían cuando venían malas. Torres, sufridor de una de las peores épocas de los colchoneros, satisfizo una vez más las ganas de su afición, no con gol (no estuvo en el 1′ de cada parte), pero sí tal vez mejor, asistiendo a Mandzukic y haciéndole completar su gran partido con cuadro para la habitación. Con el Madrid realizando poco antes, en el 80′ y como hemos dicho anteriormente, su primer disparo por parte de Illarra, se evitaba un quinto tanto psicológico y más doloroso por el significado del resultado.  

Ancelotti tiene problemas, al menos ya a su vista, y la Liga se aprieta, con los vecinos a cuatro puntos y el Barcelona, en estado de gracia y crecimiento, con la posibilidad de ponerse a tan sólo uno. Las fobias que le hicieron perder la cabeza en Liga es una semana la temporada pasada aparecen como brujas rondando al italiano. Quizás no sólo Modric sea capaz de espantarlas.





FICHA DEL PARTIDO


(4) ATLÉTICO DE MADRID: Moyá; Juanfran, Miranda, Godín, Siqueira; Tiago, Gabi, Koke (Saúl Ñíguez 8′) (Raúl García 71′), Arda Turan; Griezmann (Torres 77′), Mandzukic

(0) REAL MADRID: Casillas; Carvajal, Varane, Nacho, Coentrao; Khedira (Jesé 46′), Kroos, Isco (Illarra 68′); Bale, Cristiano Ronaldo, Benzema (Chicharito 73′)


GOLES

Tiago 14′, Saúl 18′, Griezmann 66′, Mandzukic 89′