Simeone, tras ganar la Liga en el Nou Camp,
acompañado de su cuerpo técnico (Foto: telecinco.es)
Es costumbre muy habitual en el fútbol que, cuando las cosas van bien, el mérito sea de los jugadores y que, cuando las cosas van mal, la culpa sea del entrenador de turno. O, tal vez, sea cuestión de aquella frase tan manida de “es más fácil echar a uno que a 25”.

En el Atlético de los últimos años, esto funciona justamente al revés: prensa, aficionados y jugadores atribuyen gran parte del éxito del Atlético a Diego Pablo Simeone. Y no voy a ser yo quien diga que les falta razón. Pero Simeone que, a pesar de su relativa juventud, es perro viejo en esto del fútbol sabe perfectamente que el éxito no es SOLO suyo.

Al margen de los jugadores, claro está, sabe que tiene un excelente cuerpo técnico detrás, sin el cual, seguramente, no hubiese sido posible lograr los éxitos que lleva logrando en los últimos 3 años. Por eso, resultó especialmente revelador que el año pasado, tras ganar la Liga en el Nou Camp, en la última jornada de Liga, saliese a dar la rueda de prensa acompañado de TODO su cuerpo técnico, como reconocimiento a su gran labor y enviando el mensaje de “sin ellos, yo no estaría hoy aquí como campeón de Liga”.

Simeone es un motivador, Simeone conoce muy bien la grada y el entorno del Calderón, maneja muy bien a la prensa y tiene (casi) siempre la frase adecuada ya sea para jugadores periodistas o aficionados. Pero no debe ser una sorpresa para casi nadie que el verdadero cerebro táctico de esta Atlético es Germán “Mono” Burgos: la estrategia, esa que tantos réditos está dando al Atlético (y que algunos critican… por algo será) , sale de la pizarra del “Mono”. 

Y su carácter, siempre su carácter. Recuerdo en uno de los primeros partidos que el Atleti afrontó en el Bernabeu con Simeone de entrenador, le  preguntaron a Germán Burgos si tenía miedo (recordemos que el Atleti, por aquel entonces, llevaba demasiados años sin ganar al eterno rival). Su respuesta no puedo ser más contundente: “¿Miedo al Real Madrid? Yo he tenido un cáncer. Eso es tener miedo”. Ese carácter lo transmite a la plantilla, no me cabe la menor duda.

Y luego está el profe Ortega, un mago de la preparación física y que tiene al equipo perfectamente preparado durante gran parte de la temporada (obviamente, tiene que haber algunos valles) pero, sobre todo, tiene a los jugadores “como bestias” en aquellos momentos de la temporada que Simeone y Germán Burgos le indican en función de cuáles sean los objetivos del equipo en cada temporada (en próximas semanas, me extenderé sobre este particular, ya que creo es muy relevante un análisis de los picos y valles de la preparación del Atlético desde que Simeone aterrizó en el Calderón).

En conclusión, Simeone es un dios en el Calderón pero, tal vez, sin su cuerpo técnico, sería un poco más terrenal.