Hace justo 9 años estuvimos a punto de presenciar uno de esos Milagros que unen a un país entero. Una oportunidad para que un equipo emergente (nada de llamarlos minoritarios por tener menos seguidores) diese una campanada como pocas veces se ha visto en esto del fútbol.

En los últimos meses escuchamos mucho hablar de Manuel Pellegrini, actual entrenador del Manchester City, pero fue hace muchos años cuando en España se supo de él y fue por llevar al Submarino Amarillo a las puertas de la final de la Liga de Campeones.

                                                          

El gran Villarreal de los Forlán, Riquelme, Senna,… estuvo a 11 metros de forzar una prórroga contra el Arsenal

que podía haber dado la oportunidad a un pueblo de 50.000 habitantes de desplazarse a París para presenciar una final continental.

Muchos españoles disfrutamos de ese partido de vuelta. Todos los aficionados vibramos para que un equipo de segunda línea tuviera la oportunidad de alcanzar la orejona y más si éste era español, aunque esto no llegó a suceder… Ahora nos acordamos de las lágrimas de los jugadores y del propio presidente pero fuimos millares los que desde muchos lugares del mundo aplaudimos al final del partido, al igual que El Madrigal, ese esfuerzo,  pundonor, lucha, valentía, corazón, de esos jugadores que durante todo el encuentro sometieron a unos renombrados gunners de la talla de Henry, Cesc, Reyes, Ljunberg, Campbell,…

El partido será recordado, como en tantas otras ocasiones de este deporte, porque el mejor jugador del equipo Juan Román Riquelme falló un penalti ante Lehmannjusto antes del pitido final. El equipo amarillo dejó así de escuchar la música de la champions en el mejor curso de su carrera. 

 

Había sido toda una carrera de obstáculos y el final debía haber sido tremendamente bonito pero como si de un sueño se tratase, la oportunidad de inscribirse entre los más grandes, se cerró de un portazo y apagó la luz de ese faro castellonés que quería brillar en Europa. Lo que terminó siendo una pesadilla se sigue viendo como la mayor proeza del submarino amarillo que espera en un futuro cercano seguir agrandando su pequeña leyenda en este mágico deporte.

¿Quién pensáis que dará la siguiente campanada en la tan añorada Champions League?