La escuelita de fútbol que busca recuperar la conexión padre e hijo | Fútbol | La Voz del InteriorQuerido Papa:

Hoy vengo a darte las gracias. Por enseñarme todo acerca del deporte que antes desconocía, y ahora me apasiona. Por darme libertad para elegir el equipo al que quería defender, aunque luego yo siguiese tus pasos. Por ser como yo y no importarte de donde o de que categoría sea el partido: hay pelota y árbitro, se ve. Gracias por hacer el esfuerzo y llevarme donde fuese necesario para ver a Ronaldinho. Y más tarde, por intentar, aunque no jugara aquel día, que viese a Messi. Nunca entendí que no me dejases jugar al fútbol, aunque siempre creí que lo hacíaspor protegerme (porque mira que era malo), aunque te doy las gracias, porque si hubiera tenido que entrenar y jugar tanto, me habría perdido muchos otros partidos que he visto contigo. Me compensa.
También, gracias por consolarme con aquel gol de Campbell, en la final de Copa de Europa de 2006, y decirme que era solo un juego, que no había porqué llorar, aunque sabías lo doloroso que había sido para los corazones blaugranas como el nuestro. Y más gracias aún, por el abrazo familiar efusivo con el gol de Belletti, que hizo que el fútbol dejara de ser un juego para ser cuestión de vida o muerte. 

Ahora, con la madurez, hay cosas que han cambiado, en la forma, pero no en la esencia. Me explico: antes, cuando vivía durante la semana en casa, durante los partidos se comentaba todo. Posicionamiento en el campo, actuaciones individuales, el árbitro…, igual que ahora, solo que ahora es por teléfono y cuando acaba el partido. Eso sí, lo que no cambia es que los partidos importantes se ven contigo, porque si no, no los disfruto.

Hoy te confieso, que tengo una espina clavada que jamás podré quitarme: no haberte visto en tu juventud como portero, el mejor que habían visto en mucho tiempo decían, y que tuvo que dejar lo que le gustaba para centrarse en mi madre y mi hermano.
Cuando miro hacia el futuro, pienso en que me gustaría seguir pasando mis momentos futboleros contigo, y que cuando tenga hijos, los pases con nosotros. Ese sería uno de mis grandes deseos. Siempre te estaré agradecido por todos los momentos y experiencias que, con el fútbol como telón de fondo, me has permitido vivir. Y aún nos falta una gran experiencia juntos: visitar el Camp Nou. Y eso, estoy convencido de que será pronto.
 
Feliz día del padre.
El fútbol: pasión padre e hijo - La Tercera