Koke ante el Real Madrid. (Fuente: www.marca.com)
Terminada la temporada para el Atlético de Madrid es época de valoraciones y de encontrar las claves del final de temporada algo irregular del equipo colchonero. Ante esta situación, voy a hacer hincapié en uno de los pilares fundamentales de la temporada pasada que tantas alegrías dio al conjunto rojiblanco, tanto a nivel nacional como en la máxima competición europea, donde solo el famoso gol de Sergio Ramos en el minuto 93 hizo que no se convirtiera en la mejor temporada de la historia para el club presidido por Enrique Cerezo.
    
    Entrando en materia, como decíamos Koke se presumía, para esta temporada, en el motor que llevará al Atlético de Madrid a conseguir nuevos logros. La verdad que el ¨6¨ rojiblanco comenzó a un nivel muy parecido al de la temporada pasada, con la conquista de la Supercopa de España ante el eterno rival y el equipo parecía ser el mismo que antaño. El equipo durante la primera parte del campeonato se mantenía en la lucha por el campeonato, en Championsse clasificaba para octavos y en Copa del Rey eliminaba al Real Madrid en octavos de final. Todo parecía rodar como imaginaba el bueno del ¨Cholo¨ Simeone a principio de temporada y lo que esperaban todos los aficionados rojiblancos.
  
   Pero fue a partir de ese momento cuando el equipo empezó a notar un bajón en su juego, y yo creo que mucha culpa la tiene el centrocampista vallecano. A penas se le vio en la eliminatoria de Champions ante el Real Madrid, lo que pudo ser clave para que el equipo no lograse el pase, en liga son muchos los que pensamos que se le ha hecho un poco larga la competición, la falta de juego y gol del equipo en los últimos partidos ha podido ser una consecuencia del bajón del jugador atlético, y es que desde mi butaca escuchaba demasiados comentarios de que no era el mismo que deleitó el año pasado hasta el último partido de la temporada.
   
    Los datos hablan por sí solos, el año pasado marcó tres goles más en liga y asistió en dos ocasiones más que este año, así también han aumentado los balones perdidos respecto a la campaña anterior. En falta se han echado goles y asistencias importantísimas, como el decisivo ante el Barcelona en Champions o el pase a Miranda en la prórroga de la final de la Copa del Rey de 2013 ante el Real Madrid de Mourinho. Con la llegada de F. Torres, los aficionados veían en él un asistente que ¨el Niño¨ nunca tuvo en su casa, pero salvo contadas ocasiones no ha sido así, algo que ha acusado el delantero fuenlabreño.
                                                   
    Después de la que parece una dura crítica, resalto que me parece un jugador fundamental en el proyecto a largo plazo del Atlético y que lo único que quiero pensar es que no ha sido un problema psicológico, al ver que el equipo acababa la temporada sin opciones a ningún título, y que sea que Simeone confió tanto en él que ha acabado machacándole físicamente y que el año que viene volverá para ser lo que fue, el motor que lleve al conjunto madrileño a luchar con los grandes de Europa.