Hace ya unos años me tocó en una excursión, ir a Inglaterra y diréis que tiene qué ver esto con una desilusion futbolística, pues aquí viene la historia.
Desplazándonos en el autobús por Manchester vimos a lo lejos el estadio del Manchester United y pensé «con suerte podemos pasar cerca de él y verlo». Tras dar una vuelta por Manchester, ciudad que recomiendo ver, de vuelta, pasamos por la misma puerta de Old Traford. Y de casualidad me dio por preguntar a la monitora; «¿Podemos entrar a verlo?» , yo no esperaba una respuesta afirmativa, pero para mi asombro dijo que sí, pero fue un sí condicionado y la condición era que todos los compañeros que estaban en el autobús deberían querer ir a verlo. Bueno yo me puse a andar por todo el autobús cómo un loco preguntando primero a los españoles, ya que también venían compañeros italianos, me gustaría verme ahora, como intentaba convencer a los italianos en mi italiano-español de que se arrepentirían no ir a ver el Teatro de los Sueños.
Tras un corto espacio de tiempo convencí a todo el autobús de ver el estadio e iba caminando feliz y alegre por el pasillo del autobús, hasta llegar a las monitoras. Les dije » lo he conseguido, todos han aceptado ir», ellas se sorprendieron de que lo consiguiera, pero mi alegría iba disminuyendo tal y como avanzaba la conversación. Ya estábamos en la puerta y me dieron la mala noticia e inventada para salir del paso, cito textualmente la frase de la monitora, “No tenemos tiempo para parar y ver el estadio, así que nos paramos hacéis fotos en la puerta y nos vamos”. Tal y como iba terminando la frase la monitora mi cabreo y mi tristeza aumentaban, pensaba cuando podría haber otra oportunidad para ver ese magnífico estadio. Y así fue, nos paramos e hicimos fotos desde la ventana del autobús que iba a paso lento para hacer mil fotos y plasmar el momento.