Cuando hablamos de fútbol, siempre lo primero que nos viene a la cabeza son los jugadores de Primera División de cada país, la Champions, El Mundial… pero hay una parte de la que nunca nos acordamos, y que también es vital. Me refiero a la formación de las futuras promesas, y no sólo futbolísticamente, si no también culturalmente.

Desde pequeños ya se les inculca, a través de Campus de verano o, en el caso de los equipos con más presupuesto, de residencias de estudiantes, a que si quieren llegar máximo nivel deben aprender valores y culturizarse.

Y, ¿cómo se hace esto? Nos preguntamos. Pues como ya he dicho antes, existen Campus de verano para que los jóvenes futbolistas empiecen su andadura. Seguro que todos hemos oído hablar de alguno, ya que tanto la RFEF, como algunos equipos de fútbol, e incluso algunos jugadores, han puesto en marcha estos campamentos.

En ellos, a través de una inscripción, se permite a los niños durante días, o semanas (en algunos casos) permanecer todos juntos en un entorno donde a parte de realizar actividades deportivas, se aprende idiomas, y valores como compañerismo, respeto, amistad…

Niños en el campus de verano de la fundación del Real Madrid (Foto realmadrid.com)

 

 Por otro lado están las residencias de estudiantes. Yo sé muy bien lo que es eso porque de pequeño fui a un colegio en el que un equipo de fútbol y otro de baloncesto tenían a sus jugadores base en el mismo centro. Esto es, sobre todo, para chicos a los que fichan de otras ciudades y no tienen donde quedarse, y el club les da un sitio para estudiar y vivir, a la vez que les forma como futbolistas.

En este entorno es más fácil para los jóvenes futbolistas compaginar su actividad deportiva con sus obligaciones de estudiantes, teniendo que cumplir igual que sus otros compañeros. Hay que destacar que en algunos equipos, el formar parte de la plantilla o del once titular de un equipo base está determinado también por las calificaciones obtenidas durante el curso. De esta manera, los futbolistas no sólo se esfuerzan en aprender y destacar en el campo, si no que también deben hacerlo en las aulas.