La semana pasada terminó oficialmente la temporada de clubes en España al acabar las fases de ascenso a Segunda y Segunda B. Sin duda el plato fuerte era la eliminatoria entre el Cádiz y el Bilbao Athletic que se saldó con victoria para los vascos tras un brutal choque en el Carranza. Este precioso encuentro acabó manchado por el lanzamiento de botellas a jugadores del Athletic al poco de acabar el partido. No pienso justificar tan vergonzoso acto, sobretodo porque este se realizó sobre chavales que están comenzando su carrera deportiva, pero por otro lado no pude evitar sentir la frustración de la afición cadista. ¿Como es que un sector de una las aficiones mas respetadas de España llegó hasta tal punto? La del año que viene será su sexta temporada consecutiva en Segunda B y eso es algo realmente duro de vivir, sobretodo si has sido un equipo importante en el pasado. No es simplemente el hecho de estar en la división de bronce, la Segunda B es una competición tan mal diseñada que es un auténtico infierno competir en ella. Para ascender a Segunda, un equipo debe competir en una liga de 20 equipos, muchos de ellos equipos de pueblo, o de ciudades pequeñas que no atraen al público, para luego jugárselo todo en un play-off. Para las aficiones de equipos que hace tanto estaban en Primera esto supone un auténtico bajón, y al club como entidad los destroza económicamente. La única forma de televisar un partido es que la televisión autonómica decida retransmitirlo, lo que también provoca que el número de patrocinadores descienda tanto en cantidad como en dinero dispuesto a ofrecer. Además, la Segunda B no está dentro de la LFP, lo cual es ridículo ya que capitales de provincia tan importantes como Santander militan en esta división y claramente es un equipo profesional. La Segunda B es un auténtico desastre que sorprendentemente nadie parece querer cambiar, aunque desde aquí quiero dejar unas cuantas propuestas. 

 

Lo primero y mas obvio es reducir drásticamente el número de equipos. 80 equipos para una Tercera Divisón es una auténtica locura, y entra en contraste 24 equipos de la Tercera inglesa, los 20 de Francia y Alemania, o los 36 de Italia, la única de las grandes ligas que divide su Tercera División en dos grupos. La razón de reducir los equipos es simple. Si quitamos a los peores equipos de la competición y dejamos solo a los mejores, la competición se volverá mucho mas competitiva. Evidentemente nunca serán partidos del primer nivel, pero cojamos el ejemplo del Murcia. En vez de estar jugando todas las semanas con equipos como el Marino de Luanco, el Lealtad, Langreo,…y de vez en cuando tener un partido contra rivales de mas entidad como el Oviedo, con un grupo único los aficionados del Murcia tendrían en la Condomina al Recreativo, al Cádiz, al Racing, al Hércules,…Equipos de su misma entidad, lo cual atraería mas la atención del público. Además, en estos play-offs de ascenso se ha demostrado que si un partido de Segunda B tiene interés, la televisión no tendrá problemas en televisar los partidos, tal y como hemos visto en Canal +, el cual retransmitió las eliminatorias Cádiz-Oviedo y Cádiz-Athletic. No todos los partidos serían televisados evidentemente, pero si que es probable que tres o cuatro tuvieran un hueco en la parrilla televisiva. Tengamos en cuenta que en España tenemos muchos canales de TDT y la aparición de Bein Sports puede que los canales de pago busquen alternativas, y los partidos de esta Tercera División tendrían un precio mas bajo que los de Segunda, pero con la participación de equipos capitales de provincia en muchísimos de ellos. Además los filiales de los equipos grandes siempre llaman la atención del público, por lo que hacerles jugar con rivales históricos también ayudaría a la exposición del torneo. No hay que decir que cuantos mas partidos se televisen, mas dinero también ganarían los clubes por publicidad. En resumen, una Tercera División tradicional traería mayor competitividad, mas público, y mas dinero a los clubes.
Ahora bien, ¿que pasaría con los clubes mas pequeños? Bueno, obviamente serían los mas perjudicados, ¿pero es que acaso no debe ser así? Es decir, en España, como en cualquier otro país, el sistema de divisiones se realiza para poder separar a los mejores equipos de los peores. Como madrileño me encantaría ver jugar al Puerta Bonita contra el Real Madrid en un partido de Liga, pero la solución para esto no debería ser crear una Liga de 134 equipos. Si un equipo no tiene nivel para estar en Segunda B, no lo tiene, pero no es justo que para agradar a estos se perjudique a los equipos de mayor nivel. El sistema que propongo sería el siguiente: Coger a los cinco mejores clasificados de cada grupo de Segunda B y con los descendidos de Segunda crear una competición de 24-22 equipos. Los tres primeros ascienden directamente, mientras que del cuarto al séptimo juegan play-off. De esta forma al menos tres equipos verán recompensado el jugar mas de 40 partidos con un ascenso directo sin tener que jugársela en un play-off. El tener puestos de play-off hasta la séptima plaza haría que hasta los equipos de mitad de tabla tuviesen opciones de subir en todo momento, lo cual también a la competitividad del torneo. El descenso sería para los cuatro últimos equipos de la clasificación. Los equipos restantes de la antigua Segunda B formarían una Cuarta División, o una Tercera B, ya que al ser equipos de ciudades pequeñas, equipos de barrio o de pueblos en su mayoría, el sistema de división en grupos por cercanía geográfica puede resultar beneficioso para estos al no tener que gastar demasiado en viajes, por lo que el sistema actual de Segunda B no sería mal ejercido de esta manera. Si lo que propongo se hubiese hecho este año, la competición que tendríamos sería esta:Racing, Recreativo, Sabadell, Barcelona B, Guadalajara, Real Unión, Tudelano, Castilla, Barakaldo, Murcia, Racing de Ferrol, Logroñes, Guijuelo, Compostela, Huracán, Reus, Hércules, Lleida, Alcoyano, Cádiz, UCAM, Almería B, Villanovense y Granada B. Como se puede ver la liga tendría una mezcla perfecta entre históricos y equipos pequeños con ganas de crecer. Pero bueno, esto de momento es una utopía ya que el sistema actual lleva ya muchos años y no parece haber intención de cambiarlo, lo cual es extraño ya que son los equipos grandes los que saldrían mejor beneficiados y al mismo tiempo podrían ejercer mayor presión.