Recientemente, estos días, conversaba con un buen amigo acerca de la contratación de Jurgen Klopp como entrenador del Liverpool. La otra parte, seguidora del conjunto inglés, se mostraba exultante ante dicho acontecimiento, alegando que era uno de los mejores técnicos de la última década. Mi respuesta, a pesar de congeniar con su aprecio hacia el técnico alemán, no fue del agrado y comenzamos un buen debate futbolístico. Yo, que estaba de acuerdo en que era una buena contratación, expuse que quizá hubiese un buen técnico en nuestra Liga que se mereciese de una vez por todas dirigir a un equipo grande. Sus ojos miraron al cielo expresando su disconformidad para a continuación dirigirse a mí y con un gesto leve de cabeza incitarme a dar un nombre. Jémez.
Paco Jémez. Fuente: Marca

Paco Jémez, actual entrenador del Rayo Vallecano, lo dirige desde la temporada 2012-2013. Un equipo al que llegó para debutar en Primera división como técnico, y al que temporada tras temporada desde entonces, ha conseguido salvar del descenso, principal objetivo del equipo vallecano. Un equipo modesto, con un presupuesto muy bajo, que le obliga a vender a los jugadores que despuntan. Año tras año obligado a renovar su plantilla, más de una decena de jugadores cada verano son contratados por el Rayo Vallecano a coste 0. Y, de la mano del entrenador canario, todos consiguen adaptarse a su forma de juego, su táctica, su forma de ver y entender el fútbol. De lo contrario no dispondrán de minutos a lo largo de la temporada. Pero Paco también es conocido por no tener pelos en la lengua, pero sin faltarle nunca al respeto a nadie. En cualquier rueda de prensa en que es preguntado por algún tema picajoso el técnico se moja y no escurre el bulto, porque a él las cosas le gustan claras. En el último mercado de traspasos, el Rayo Vallecano fichó a un jugador chino, al ser preguntado por tal incorporación, el entrenador contestó que tal operación no había sido petición suya, que preguntaran al director deportivo, y que no sabía ni en que posición se desenvolvía el jugador.

 Sin embargo, y a pesar de defender a capa y espada al técnico rayista, no pude rebatir un argumento en la discusión en la que lo nombré al lado del mismísimo Klopp. Jémez es fiel a una idea, y sea quien sea el rival, el no cambia su estilo de juego. Eso es algo que no se negocia. Un entrenador ha de saber los puntos débiles del rival y atacarlos de la mejor manera posible, pero si no cambias en 38 jornadas de sistema y táctica, no puede ser que los 19 rivales jueguen del mismo modo. No es lo mismo jugar contra el Real Madrid que contra el Málaga. Algo que también llama mucho la atención es que cuando el entrenador del equipo de la franja roja considera que uno de sus pupilos no está haciendo las cosas bien, es capaz de sustituirle antes de la media hora de partido, o, como aconteció el año pasado en Balaidos, al ir perdiendo 2-0 a los veinte minutos. Estas acciones, de dudable valoración, son las que hacen grande a Paco Jémez. Lo que otros no se atreven a hacer, él lo hace. Pero ojo, que la moral del jugador también queda por los suelos y eso son cosas que hay que tener en cuenta.

 

Así es Paco, todo carácter. Peculiar. Pero un buen entrenador. Tan bueno, que recientemente ha sido escogido como favorito en una encuesta a ocupar el cargo de seleccionador tras la inminente marcha de D. Vicente del Bosque tras la Eurocopa.
Técnico del Rayo Vallecano. Fuente: Marca