Carencias tácticas de los defensas actuales:

El fútbol moderno busca jugadores totales en todas las  posiciones del campo. Con esto ha perdido especialistas en el juego y con ello eficacia en el rendimiento de algunos jugadores. Ahora el delantero es el primer defensa pero sólo los grandísimos crack llegan a cifras goleadoras frecuentes hace unos años en varios de los delanteros de los equipos punteros de la competición.

 

¿Qué pierden los delanteros con esto? Eficacia, capacidad de definición. ¿Qué ganan los equipos? Presión desde la delantera, incomodar a los defensas contrarios desde la zona de iniciación, impedir la salida clara del balón, evitar que la pelota circule con claridad y facilidad hasta la línea de creación donde los jugadores con una capacidad técnica mayor y una mejor visión del juego colectivo puedan organizar y canalizar el juego de su equipo y servir el balón a sus delanteros en las mejores condiciones posibles. Obviamente, el desgaste que sufre un delantero provoca la falta de frescura en situaciones de definición que antes se resolvían con una mayor eficacia rematadora. Los entrenadores actuales han solventado este problema con jugadores que abarcan mucho campo tanto en amplitud como en profundidad. Jugadores capaces de recoger el balón en zonas próximas a sus centrales y rematarla en portería contraria tras la pertinente canalización. Jugadores más resistentes y potentes pero con meno virtuosismo técnico. Como decíamos anteriormente, más completos pero menos especialistas.

 

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Los defensas sin embargo, viven el proceso inverso. Cada vez más preparados para sacar el balón con claridad, para jugarlo con mayor precisión, para entregarlo en las mejores condiciones tanto en el juego combinativo como en los desplazamientos en largo para buscar la segunda jugada. ¿Qué han perdido los defensas? Contundencia, sentido táctico, colocación y concentración. Por contundencia entendemos la capacidad para ir al choque saliendo vencedor, para ganar los balones aéreos, para no dejar balones muertos en zonas comprometidas.  El sentido táctico es la habilidad para leer el partido y las diferentes situaciones que en él se dan con el fin de sacar el mejor rendimiento posible a cada uno de sus compañeros. Por colocación se entiende el ocupar el espacio preciso en el momento oportuno, anticipar las acciones del contrario desde el punto de vista posicional  y no sólo por cualidades físicas. Y la concentración, la concentración es una cualidad en vías de extinción y quien la tiene, tiene un tesoro con ella. Las segundas jugadas, los rechaces, las jugadas a balón parado son cada vez más estudiadas y buscadas por la incapacidad de los defensas en mantener las marcas en cuando el balón no va directamente a sus alrededores.

 

Por lo que hace referencia a los centrocampistas, la principal carencia y por ello la principal virtud solicitada a la hora de buscar fichajes es la capacidad para jugar y hacer jugar a sus compañeros, la capacidad para llevar el tempo del partido, de controlar el juego y a través del juego el partido. Hay muchos, cada vez más, centrocampistas llamados en términos anglosajones box to box, o lo que es lo mismo, jugadores con la potencia física suficiente para llegar de área a área con continuidad, para rematar la misma jugada que él inició al borde de su propia área. Músculo, equilibrio, coberturas, eje, ancla, son muchos de los términos empleados para los centrocampistas modernos mientras los secretarios técnicos pagan lo que no tienen por jugadores desequilibrantes, con desborde, con buen uno contra uno. Parece incongruente pero es así. Y no parece que vaya a cambiar el fútbol en un corto plazo de tiempo, aunque sería deseable que lo hiciera.