Los 600 partidos de Messi vestido de azulgrana simbolizan los diez años que el barcelonismo lleva instalado en su paraíso particular. En esta década prodigiosa se han conseguido nada menos que siete Ligas, cuatro Champions, tres copas del Rey , siete Supercopas de España, tres Supercopas de Europa y dos Mundialitos de Clubes (en dos semanas puede caer el tercero) .Toda una vorágine de títulos que tiene como denominador común el protagonismo de Messi en el campo.
Messi, como el buen vino, ha ido mejorando con el paso de los años. El crack argentino empezó siendo un jugador desequilibrante al que se le “recriminaba” que le faltaba gol , muchas veces por el hecho de partir desde la banda derecha , para acabar convirtiéndose en el atacante total que es a día de hoy. En este proceso han pasado varías etapas llenas de goles y títulos.
En sus primeros años en el primer equipo Messi partía desde la banda derecha donde a base de diagonales llegaba a la portería rival . Durante esta etapa serán siempre recordadas las exhibiciones en el Gamper de 2005 ante la Juventus, su primer gran partido, y la ida de los octavos de final de la Champions 2005/2006 en Stanford Bridge. Aquel partido fue la eclosión internacional de Messi que acabó desquiciando a Del Horno. El argentino no marcó, pero fue el mejor de aquel partido. Aquella noche se vio lo que Messi podía llegar a ofrecer.
La cúspide de Messi llegó con Guardiola, que vio la capacidad goleadora del argentino y decidió colocarlo de falso nueve . A partir de entonces Messi para marcar ya no tenía que hacer goles “maradonianos “ como el de la Copa del Rey ante el Getafe, sinó que al jugar más centrado se convirtió en un killer. La ubicación de Messi como falso nueve coincidió con la “Messidependencia” –el equipo no veía puerta sinó estaba Messi- pero también fue la etapa de esta década prodigiosa donde se vio un fútbol más prodigioso con las combinaciones entre Messi , Xavi e Iniesta siendo la final de Wembley de 2011 la mayor obra de arte futbolística hecha por aquel equipo.
Después de dos años de “transición” con Vilanova y Martino en el banquillo donde pese no brillar en exceso Messi siguió marcando goles por doquier, llego la etapa del atacante total. La llegada de Luís Enrique coincidió con los fichajes de Neymar y Suárez . Las dudas sobre si estos tres genios se entenderían en el campo planearon sobre el entorno, pero rápidamente se rompieron. Los tres atacantes se complementan a la perfección, siendo Messi el atacante total de este tridente demoledor. Messi golea , pone la magia y retrasa unos metros su posición para asistir con sus pases en diagonal a Neymar y Suárez siendo los tres los grandes artífices del segundo triplete de la historia del club. Estos diez años han dado 600 partidos instalados en el paraíso, del que parece que el argentino no quiere salir.