Sandoval se erige como el salvavidas de este 2015.

Una montaña rusa. Es como mejor se podría proyectar o explicar gráficamente el año 2015 del Granada Club de Fútbol. Un año complicado, en el que se han sentado nada más y nada menos que tres entrenadores diferentes en el banquillo rojiblanco. Un año bastante convulso, en el que el conjunto nazarí llegó a estar con pie y medio en Segunda División, y que gracias a la llegada de Sandoval, se consiguió obrar el milagro con una remontada espectacular en las últimas jornadas. Año muy complicado, aunque con final feliz, para la afición rojiblanca.


El deseo principal para este 2016 es, sin duda, evitar el nerviosismo sufrido la pasada temporada tras salvarse ‘in-extremis’ en la última jornada ante el Atlético de Madrid (0-0). Para ello, Sandoval tiene la tarea de lograr de nuevo la salvación, aunque se espera que pueda ser con algo más de tranquilidad, o al menos, con menos sufrimiento. Una tarea complicada para el técnico rojiblanco, dado que el inicio de temporada no ha sido el deseado, coqueteando con los puestos de descenso en este 1/3 de temporada.

Peñaranda en su debut con el primer equipo.
Se espera además, para este comienzo de 2016, la consagración completa en el equipo de jugadores como Success y Peñaranda. Jugadores que han aportado frescura en el comienzo de esta temporada, convirtiéndose en piezas fundamentales y de peso en el equipo de Sandoval. Un ápice de ilusión para lo que resta de temporada, que sumado a las posibles llegadas en este mercado invernal, deberían ser circunstancias más que suficientes para conseguir la permanencia sin demasiado sufrimiento. Por ello, el equipo rojiblanco ha de cambiar varios hábitos, entre los cuales se encuentra el de dejar escapar la victoria en los últimos instantes, algo que desgraciadamente ha ocurrido en demasiadas ocasiones este año. Veremos que nos depara este 2016, un año de futuro incierto…




Artículo realizado por David Jesús García Leyva (@DavidGLeyva).