La presente temporada no está siendo nada buena para las huestes valencianistas, dirigidas ahora por Gary Neville tras la destitución de un Nuno Espirito Santo que decepcionó a la parroquia local tras la buena temporada anterior. Cuando más felices se las prometían los sufridos seguidores che, vino el frustrante inicio liguero y la mala actuación en la Champions League. La única buena noticia que puede alegrar a los blanquinegros es la irrupción en la escena valencianista del joven portero de Almenara, Jaume Domènech, el llamado «Gat d’Almenara».
Jaume Domènech
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Su trayectoria ha sido un continuo luchar contra dificultades y contra obstáculos que parecían insalvables pero de cada uno de ellos ha salido reforzado y con el impulso suficiente para avanzar con más fuerza. 
Almenara es un pequeño pueblo de la provincia de Castellón, con su población dedicada a la agricultura citrícola y a la cerámica de las cercanas poblaciones de Villarreal y Onda. Antiguamente habría sido territorio de escuela valencianista o albinegra, pero el buen trabajo del Submarino Amarillo que dirige Fernando Roig Nogueroles a nivel de cantera, ha convertido la provincia del norte de la Comunitat Valenciana en feudo bajo control del Villarreal. Y de ese control nació la vinculación de Jaume con el conjunto «groguet». Pese a su buena y prometedora trayectoria, alguien con poca visión futbolística decidió que no daba el nivel suficiente y le dieron la baja.

Para Jaume no supuso el fin, sino un volver a empezar. Decidió relanzar su carrera desde la 3ª división andaluza donde se enroló en las filas del Palo almeriense. Obviamente su categoría era muy superior a esto y algún avispado ojeador del Huracán Valencia lo repatrió 6 meses después. Vuelta a la ilusión, al fútbol de nivel, a la semiprofesionalidad. Vuelta a demostrar que podía ser ese gran portero que prometía. Y así fue. En el Huracán demostró su nivel y recuperó la confianza en sí mismo. Rozaron el ascenso con la punta de los dedos pero se les escapó lastimosamente en el último segundo del último partido. Pese a todo, su buen papel y la contratación de su entrenador por el filial valencianista, le abrieron las puertas de la entidad de Artes Gráficas. Se le presentaba una oportunidad de oro de poder dar el salto definitivo. Y no la desaprovechó, realizando una descollante temporada con el Valencia Mestalla, lo que le abrió las puertas del primer equipo, con el que entrenó toda la temporada y realizó la pretemporada siguiente. La lesión de Diego Alves suponía una oportunidad para él pero el fichaje de Matt Ryan frenó en seco su ilusión por ocupar la portería del primer equipo. De nuevo un parón, con algo de incoherencia por parte de quien le ofreció una renovación pero no confió en él como portero de futuro, era un sí pero no. Jaume volvió a dar muestras de su fuerte carácter y no se rindió. Tenía por delante a Ryan y a Joel, los dos fichados y los dos con más cartel que él pero su constancia y su trabajo, unido a la suerte de una nueva lesión, de Ryan en esta ocasión, convirtieron a Jaume en el portero titular, primero con Nuno, que le dio la alternativa por delante de Yoel, y luego con Neville que ha seguido confiando en él. Todavía tiene cosas que mejorar, sobre todo en colocación y juego áereo donde a veces se muestra dubitativo, pero condiciones tiene todas las del mundo. En sus manos y sobre todo en su cabeza, está el poder ser el portero que todos creen que puede llegar a ser. 
@vicentsarrion