Con la llegada de Zidane al Real Madrid, sustituyendo a Rafa Benítez por sus “malos resultados”, se ha hablado mucho de que por haber sido jugador anteriormente sabrá llegar mejor a su equipo y conseguir los títulos deseados.

Ha habido entrenadores, que hace años marcaban en el campo y ahora dirigen desde el banquillo, que han alcanzado grandes logros con sus equipos, con Pep Guardiola con el Barcelona o Diego Pablo Simeone con el Atlético de Madrid. Pero otras veces, quien fue un Dios en el campo, se convierte en el “diablo” en el banquillo.

Hubo muchos jugadores-entrenadores que no supieron llevar a su equipo a la gloria, o simplemente a un buen juego. El caso de los internacionales es más sonado.

En el mundo del fútbol, el Dios por excelencia ha sido Diego Armando Maradona. Como jugador, lo ha ganado casi todo y es considerado el mejor jugador de la historia (con el permiso de los que vienen pisando fuerte). Pero como entrenador sufrió un batacazo importante. El 4-0 le que metió Alemania en el Mundial de Sudáfrica (2010) fue demasiado para el país. Tras pasar por el fútbol árabe sin pena ni gloria, actualmente ningún equipo quiere que lo dirija.

Clarence Seedorf, una de las piezas claves del Real Madrid de Capello, fue uno de los ídolos del club merengue, aunque el equipo de sus amores siempre será el AC Milan donde jugó durante 10 años. Dos años después de su marcha del club italiano, Seedorf fue fichado como nuevo técnico de los “rossoneri”, pero a pesar de sus esfuerzos no consiguió nada y fue destituido en mayo de 2014.

Van Basten, el que fuera gran figura en el Ajax y el AC Milan, también ha sido uno de los que se ha pasado al otro lado. A pesar de que siempre dijo que no sería entrenador cuando se retirara, al final se dejó seducir y comenzó como segundo entrenador en el filial del Ajax. El fracaso lo sufrió con la selección holandesa, en el mundial de 2006 no convenció su juego y en la Eurocopa de 2008 les eliminó Rusia en cuartos, los que llevó a su destitución.

En la liga española son conocidos los siguientes casos:

Carles Rexach fue uno de los grandes del F.C Barcelona, militando en el club durante 17 años, con el que se alzó con 4 Copas de España, 1 Liga y colaborando con la selección hasta en 15 ocasiones. En 2001 fue contratado como entrenador del primer equipo blaugrana, anteriormente dirigió a las categorías inferiores. Rexach no será recordado por sus títulos o buen juego, pero si por su colaboración en el fichaje de Leo Messi cuando este tenía 13 años.

Stoichkov otro grande del fútbol que militó en las filas del Barcelona, consiguiendo 5 ligas, 4 supercopas de españa y dos copas del rey en 7 años. Como entrenador, debutó en la selección de su país en el 2004, donde tuvo sus diferencias con varios jugadores, que acabaron marchándose. En España dirigió al Celta de Vigo durante la fase final de la temporada 2006-2007 para salvarlo del descenso. Al no conseguirlo, dimitió en octubre del mismo año alegando motivos personales.

Uno de los últimos que ha sufrido un tropezón como este fue Miroslav Djukíc. Recordado por el penalti fallado en el último partido de liga de 1994, donde el Deportivo de la Coruña se jugaba la liga, obtuvo el triunfo tanto con el Depor (una) copa del rey y una supercopa) como con el Valencia (una copa, una supercopa y una liga). Fue en este último donde Djukic quiso hacerse grande como entrenador antes de tiempo.

Durante dos años hizo que Valladolid soñara con su equipo, consiguiendo el ascenso(2011-2012) y la permanencia (2012-2013) a falta de tres partidos. En junio de 2015 fichó por el Valencia para 2 temporadas. Fue destituido en diciembre de ese año tras los malos resultados en liga, que no en la Europa Leage donde estaban clasificados para dieciseisavos.

Muchos dicen que un jugador puede ser buen entrenador porque conoce los entresijos tanto del juego en el campo como en el vestuario, pero es preciso un tiempo para ir progresando para evitar que se produzcan situaciones como las anteriores. Veremos cómo evoluciona Zidane y si da todo lo que esperan de él.