Cristiano Ronaldo puso el grito en el cielo tras la derrota frente al Atlético. Se equivocó gravamente en las formas, pero el mensaje de fondo resulta claro. Cristiano acusa directamente al cuerpo médico y a la «segunda unidad» abanderada con nombres propios de Lucas o «Kovacevic». Tal vez habrá que reflexionar sobre cómo el Real Madrid resistió precisamente sin Benzema y Bale durante un tramo de la temporada. Lucas, Jesé o Kovacic han realizado buenos partidos cuando han jugando y han superado en compromiso a otros como Isco y James, por ejemplo.
Durante varias temporadas Cristiano Ronaldo ha sido el farol que alumbraba el camino del Real Madrid. El portugués ha regalado partidos épicos en El Sadar, Camp Nou, Calderón o Mestalla. Seguramente, los aficionados madridistas no son conscientes de todo lo que ha aportado Cristiano. Por ejemplo, es el madridista que más goles ha marcado en el Camp Nou. Su ambición y gen ganador forma parte del verdadero ADN Real Madrid. A pesar de marcajes imposibles, públicos hostiles rugiendo para intimidar a Cristiano Ronaldo, el crack portugués siempre aparecía y silenciaba el ruido para sacar la bandera madridista.
Hubo un tiempo atrás donde Cristiano Ronaldo sí estaba por encima del resto de sus compañeros. Fue el mejor del mundo, líder indiscutible en el terreno de juego y siempre dispuesto a tirar del carro en los momentos difíciles. Era Cristiano Ronaldo quien hacía 50 metros en solitario buscando ganar y salvar a su equipo. No pedía el balón al pie, realizaba desmarques de ruptura, capaz de solo reventar cualquier sistema defensivo. Tiempos felices para Cristiano, el Bernabéu reclamaba el Balón de Oro para su ídolo, todos coreaban su nombre. Los compañeros admiraban al «jefe» y él públicamente siempre defendió a sus compañeros frente a diversas acusaciones.
Cristiano ya no tiene la explosividad que lucía en temporadas anteriores. Es normal, el tiempo lo transforma todo y nadie está a salvo a pesar de llegar antes que nadie a los entrenamientos. Preocupa más en la figura del crack portugués el cambio de actitud. La desidia frente a partidos adversos en los que no realiza desmarques y permanece sin dar soluciones a sus compañeros. Frente al Atlético de Madrid perdió más de 25 balones, se le vio sobrepasado por la situación. Desgraciadamente, no ha sido la primera vez, Cristiano demuestra sentirse incómodo en el proyecto y con sus colegas de vestuario. No era el momento de atacar a sus compañeros menos habituales y no ser capaz de mostrar algún síntoma de autocrítica. Hay que empezar a crear un Real Madrid sin Cristiano porque el paso de los años ha agotado su energía que parecía inagotable.