Sandoval, durante su despedida como entrenador del Granada. |
Era un final, que más tarde o más temprano, estaba cantado. José Ramón Sandoval ya no es entrenador del Granada, y aunque ha quedado claro que la responsabilidad es toda de quienes se tratan el balón en el césped, en estos casos siempre lo paga el mismo sujeto. Pero esta vez va más allá, si el problema del equipo es la desesperante falta de puntería, algo que viene de años atrás, ante esto el entrenador tiene muy poco que hacer ante ello. Un despido que no ha sido para nada unánime, una decisión que ha sido tomada por la directiva, sabiendo que tenía todo el apoyo y confianza de una afición que estaba a muerte con él, o al menos la gran mayoría. No queda otra que agradecer la gran labor de Sandoval, un entrenador que llegó al final de la pasada temporada, y logró levantar una esperanza totalmente hundida, para terminar obrando un auténtico milagro, la permanencia del equipo rojiblanco en la Liga BBVA.
El escozor de la decisión de este cese no se queda aquí. La llegada de José González como solución al problema causa una desconfianza que es total, además de instaurar una mayoritaria desilusión en la afición rojiblanca. Poco sentido genera traer a un entrenador totalmente inexperto en Primera División, el mismo sentido que traer a alguien que lleva más de tres años sin entrenar, siendo hasta hace poco el segundo entrenador de Gregorio Manzano, actual entrenador del Beijing Guoan chino. Una decisión que alimenta más aún las críticas sobre la gestión del club de Quique Pina y Juan Carlos Cordero. No obstante, veremos como sale el último experimento de la directiva, y si consiguen remontar una situación cuanto menos delicada…
Artículo realizado por David Jesús García Leyva (@DavidGLeyva).