El cortejo a Julieta comenzó con una espectacular racha de seis victorias y dos empates en el inicio del campeonato, destacando la victoria ante la Juventus por 2-0 con el inolvidable gol de Eljkaer Larsen descalzo, o las victorias sobre Fiorentina y Nápoles, en el que fue el primer partido de Diego Armando Maradona en el “calcio”. En este espectacular inicio destaco Hans Peter Briegel, tanto por sus cualidades atléticas como por su técnica y llegada al área rival, que sorprendió a todos en el club, de hecho en su primera temporada hizo nueve goles, cifras increíbles para un centrocampista en la Serie A, Eljkaer que le daba una gran cantidad de metros al equipo cuando se parapetaba atrás, y el extremo Pietro Fanna que llego procedente de la Juventus, y que traía de cabeza a todas las defensas del campeonato con sus quiebros y filosas asistencias. Aunque paradójicamente un resultado que en apariencia era bueno, un empate a 0 ante la Sampdoria, activo decididamente a nuestro Romeo para conquistar el “scudetto” como bien demostró la bronca de Bagnoli a sus pupilos tras el partido.
Repasando entre mis apuntes del “calcio”, con motivo de mi futuro viaje a Turín, encontré un Guerin Sportivo del año 1985 recordando la serie A ganada por el Hellas Verona en la temporada 1984-85, que fue una autentica heroicidad por parte de la entidad veronesa sobre todo si miramos la nomina de jugadores que participaron en el campeonato esa temporada, en la Juventus Platini y Boniek mas buena parte de los campeones del mundo en 1982, en el Internazionale estaba Rummenigge, en la Fiorentina Passarella y Socrates, la Roma había sido subcampeona de Europa la temporada anterior…, tal es así que en la historia del “calcio” italiano es el único club que sin ser capital de provincia ha obtenido el “scudetto”.
Al igual que en la obra de William Shakespeare, esta historia de amor comenzó con un seísmo que a punto estuvo de dejar graves consecuencias a nuestro Romeo particular, concretamente en el año 1981 el Hellas Verona estuvo a punto de descender a la Tercera División del fútbol italiano, después de conseguir salvar la categoría, la entidad deposito su parcela deportiva en manos de Emiliano Mascetti como director deportivo y de Osvaldo Bagnoli como entrenador, consiguiendo unos resultados que sorprendieron absolutamente a todos, tanto que nuestro Romeo consiguió acceder a la más alta sociedad del “calcio” italiano en solo un año, para antes de conquistar en Bérgamo a Julie…, digo el “scudetto”, dejar dos temporadas de un fútbol realmente espectacular con jugadores no muy conocidos pero que bajo los designios de Bagnoli y el cariño de un club que más que una sociedad fue poco menos que una familia, quedando así para la historia del fútbol italiano.
Tras ver la posibilidad de poder conquistar a Julieta o en su defecto a alguna de sus amigas de la alta sociedad, el Verona perdió dos finales seguidas de la Copa de Italia ante Juventus y Roma, nuestro Romeo particular busco recursos nuevos para poder lograr su sueño de conquistar el “scudetto”, aunque para ello se tuviera que enfrentar no solo al resto de rivales del campeonato, sino a todos aquellos que le menospreciaban por venir de los estratos bajos del fútbol italiano. Tras ver como su primera opción en el mercado de fichajes del verano de 1984 se desvanecía, era Lothar Matthaus que ese verano ficho por el Bayern de Múnich, encontró en el Kaiserslautern al centrocampista Hans Peter Briegel, que se dio a conocer en el mundial de 1982, y en el Lokeren al danés Eljkaer Larsen que se dio a conocer ese mismo verano de 1984 en la Eurocopa de Francia.
Mientras el cortejo continuaba, con una gran victoria en el Comunale ante el Torino de un Junior que en Italia jugaba de “regista” incluida, toda la alta sociedad del “calcio” de 1985 creía que el equipo se vendría abajo, sobre todo cuando al final de la primera vuelta encadeno tres partidos sin ganar, incluyendo una derrota en la siempre difícil cancha del Avellino por 2 goles a 1. Si bien es cierto que el equipo paso momentos difíciles, la tenacidad de nuestro Romeo, encarnada en Osvaldo Bagnoli, que vio con nitidez que ese era el año de poder hacer algo que quedara en los libros de historia. Los momentos clave del campeonato llegaron al comenzar la segunda vuelta, cuando a diferencia de Romeo, desterrado a Mantova tras matar a Teobaldo, el sobrino de la señora Capuleto, consiguió resistir el asedio del Internazionale tras un empate a uno en el estadio Bentegodi de Verona, y sobre todo cuando en la vigésimo tercera jornada consiguieron ganar por 3 a 1 en Florencia, mientras que el Internazionale solo pudo empatar a dos goles en el “Derby della Madonnina”.
Esa jornada fue clave para que esta historia de amor tuviera final feliz, aunque los protagonistas de la misma reconocen que empezaron a ver claras sus posibilidades de obtener el título dos semanas antes, cuando consiguieron empatar en Turín ante la Juventus que meses después se proclamaría campeona de Europa en Heysel. Aun la familia Capuleto hizo un último intento de casar a nuestra Julieta con el Conde París, encarnado en el Torino, dentro del “scudetto” de aquella temporada, tras otra racha de tres partidos sin ganar de los pupilos de Bagnoli, pero finalmente él Como encarno el papel de Fray Lorenzo, obteniendo un empate sin goles ante el Torino en la jornada 27 del campeonato, lo que dio una ventaja al Hellas Verona que fue insalvable por todos sus rivales, con lo que además esta historia de amor entre Romeo y Juli…, digo el Hellas Verona y el “scudetto” 1984-85 alcanzara un final feliz el doce de Mayo de 1985 en Bérgamo, donde tras un empate a un gol ante el Atalanta, el Hellas alcanzo un hito irrepetible e inolvidable como reconocen los protagonistas de esta historia, como por ejemplo el portero Claudio Garella, que en un momento de debilidad sostuvo a su equipo con paradas increíbles como en aquel partido jugado en San Siro ante el Milán de Niels Liedholm, de hecho una de las imágenes del campeonato fue una parada suya en aquel partido a un remate de cabeza impecable del inglés Mark Hateley.
Tras ese verano, ni el hecho de jugar la Copa de Europa impidió a los grandes fichar a varios pilares del equipo, por ejemplo Fanna ficho por el Internazionale, pero aun así se creó un vinculo tan fuerte entre aquel equipo y la ciudad que aun hoy siguen reuniéndose para conmemorar la conquista obtenida.