Cuando empezó la temporada el Barça de Luis Enrique tenía el elevado listón de repetir los éxitos de la temporada pasada, algo que parecía muy difícil de lograr por dos factores. En primer lugar, porque el Barça hoy en día es el rival a batir y en segundo lugar, porque el ajetreado calendario y la sanción de la FIFA hacía pensar que los jugadores clave llegarían a las fechas decisivas mermados físicamente.

Ha llegado dicho tramo decisivo y lo que parecía un sueño imposible es una realidad más que factible. A diez jornadas para finalizar la Liga, el Barça maneja una ventaja de ocho puntos respecto al Atlético de Madrid y  de doce sobre el Real Madrid, el tercer clasificado. Esa distancia permite a Luis Enrique poder hacer alguna rotación de más para poder a tener a sus mejores hombres frescos de cara a los grandes partidos de Champions. Por lo que a la competición europea se refiere, el Barça tiene muy bien encarado su cruce de octavos ante el Arsenal (-0-2 en Londres) y sólo tiene que rematar la eliminatoria en el Camp Nou. Por lo que refiere a la Copa, , los de Luis Enrique ya están en la final. Mejor situación, imposible.
Pero lo que invita al optimismo va más allá de la situación del Barça en las tres competiciones, sino que dicho optimismo se basa en el estado de forma de sus primeras espadas. El tridente está en su mejor momento de la temporada, con un Messi que está en su mejor versión y que a parte de golear se “disfraza” de Xavi por beneficio de sus compañeros de ataque Neymar y Suárez – entre los tres suman más de tres cuartas partes de los goles de todo el equipo-  y su hambre para ganar no tiene fin.
Otro aspecto que invita al optimismo es la fiabilidad defensiva. Despés de un inicio titubeante donde el Barça encajó más goles de lo habitual, en los partidos clave el Barça ha vuelto a poner el cerrojo y donde no llegan los defensores aparecen Bravo y Ter Steguen con sus paradas. El partido en Londres es una prueba de ello.
A todo eso hay que sumarle la obsesión de Luis Enrique por la preparación física. El técnico asturiano planifica este aspecto al detalle con el objetivo que el equipo llegue más fresco que nunca a la parte final de la temporada. Después de un mes de enero donde al Barça le costaba arrancar y sufría en los primeros instantes de los partidos la preparación física ha transcurrido en el orden previsto y a día de hoy el Barça ya sale concentrado des del silbato inicial, como se vio en Eibar. Según el asturiano, lo mejor de sus hombres está por llegar, por lo que parece que este equipo puede romper aún más registros de los que ya ha roto y hacer posible lo que parecía un milagro, repetir el triplete.