Sí, hay partidos que todos recordamos aunque ni siquiera hubiéramos nacido, partidos históricos que se quedan en la memoria de todos los futboleros, transmitido de abuelos a padres, y de padres a hijos. Uno de estos partidos es llamado “El Maracanazo”.

 

Sucedió hace 66 años, pero para los uruguayos sigue siendo presente histórico, fue el 16 de julio de 1950 cuando ocurrió la historia del ratón que mató al elefante de miedo. Aquella tarde se enfrentaban en el Estadio Maracaná, Brasil y Uruguay en el partido decisivo de la Copa Mundial de Fútbol de 1950. El campeonato se realizó mediante una ronda final de cuatro equipos, enfrentándose todos contra todos. Brasil había aplastado 7-1 a Suecia y 6-1 a España, mientras que Uruguay había empatado a 2 con los españoles y venció 3-2 a los suecos. Por lo tanto Brasil llegaba a la fase final con 4 puntos frente a los 3 de la selección uruguaya. Es decir la “Canarinha” sólo necesitaba un empate para proclamarse campeón del mundo.

 

Aunque la Celeste no era un rival “fácil”, la favorita era la selección brasileña por su reconocible superioridad en el ataque y el factor a favor de que jugaba en casa. La prensa brasileña y la mayoría de la prensa internacional descartó toda posibilidad de triunfo para los uruguayos. Los principales periódicos nacionales ya habían imprimido su portada celebrando el título local, había carrozas preparadas para celebrar el triunfo y se habían vendido más de medio millón de camisetas que celebraban el título mundial, los brasileños habían recibido antes del partido relojes de oro con la leyenda “Campeones del Mundo”.

 

Antes de comenzar el partido, los uruguayos eran conscientes de que los verdeamarela poseían un gran favoritismo. Al dar comienzo el partido los brasileños realizaron su habitual presión con los delanteros, para liquidar el partido por la vía fácil lo más rápido posible, pero el portero uruguayo, Roque Máspoli logró frenar el ataque brasileño. De esta manera, la primera parte acabó con con un empate entre los dos equipos.

 

A los 2 minutos del comienzo de la primera parte, el brasileño Friaça marcó el primer gol. Cuando ya se temía la goleada de la “Canarinha”, en el minuto 21 con un centro de Ghiggia, empata el partido Schiaffino. En el minuto 34 se produce la acción maldita para todos los brasileños. El arquero local, Barbosa, se adelanta, por lo que Ghiggia aprovecha el error y anota el segundo gol para Uruguay. El estadio brasileño quedó en un absoluto silencio.

Ghiggia, el héroe del Maracanazo (Foto: Marca).

Desde entonces la palabra “Maracanazo” se ha afianzado como una expresión de derrota imprevista en el mundo del fútbol.