Para los que han nacido o crecido en este siglo, cuando se les pregunta quien es el mejor portero de la historia suelen hablar de lo que han visto y vivido y los nombres de Casillas o Buffon salen a la luz. En cambio, si le realizas la misma cuestión a los aficionados que siguieron mas de cerca la década de los 90, mas de uno te responderá que el mejor portero que ha pisado un campo de fútbol es Peter Schmeichel. Pieza fundamental en el ascenso del Manchester United de Ferguson a las primeras posiciones del campeonato, en donde el danés fue uno de los artifices de la primera liga en 26 años para los red devils (dejando la portería a cero en 22 ocasiones) y a la que añadiría otras 4 ligas, tres FA Cups, una Copa de la Liga y la Champions League del 99. Schmeichel también sería el guardameta titular en la Eurocopa que Dinamarca en 1992 contra todo pronóstico después de ser invitada a última hora por la baja de Yugoslavia, en donde su brillante papel le permitió ser galardonado portero del año. Para colmo su mas de 1,90 de estatura lo convertía en un arma peligrosa en el balón parado siempre que su equipo lo necesitase en los últimos minutos de partido, logrando así un total de 10 goles a lo largo de su carrera, un número mas que meritorio para un cancerbero.
Debido a que el fútbol internacional no era tan accesible como ahora, y que al fin y al cabo Schmeichel no fue el portero de una de las grandes naciones en un Mundial o Eurocopa, su apellido había quedado practicamente en el olvido para los aficionados españoles, y ha sido la aparición de su hijo Kasper la que lo ha traído de vuelta. Si has seguido de cerca la temporada del equipo revelación y del que todo el mundo habla, sabras que el portero titular del Leicester es Kasper Schmeichel, cuya carrera no es tan brillante como la de su padre pero que puede volver a dejar una imagen para la historia. Tras pasar 4 años en el Manchester City (en donde apenas jugó y fue constatemente cedido de equipo a equipo), Schmeichel aceptó la oferta del Notts Country de Tercera División, con el cual logró el ascenso en su única campaña. Schmeichel jugaría en Segunda al año siguiente, en las filas del Leeds en donde no tuvo su mejor campaña marcando uno de sus peores registros de goles encajados quedando el equipo al borde del play-off de ascenso. De esta forma el Leeds decidió vender a Kasper al Leicester, curiosamente en contra del deseo del portero que quería quedarse en Leeds (viendo la situación de uno y otro equipo en la actualidad probablemente Schmeichel este dando gracias al destino). La llegada de Schmeichel al Leicester nos mostró la mejor versión de este. Con un impresionante registro de porterías a cero su nombre empezó a sonar para los grandes en el puesto de guardameta suplente, pero Schmeichel no volvería a jugar en la máxima división del fútbol inglés con un equipo que no fuera el Leicester. A pesar del buen comienzo en la Premier del Leicester, parecía que el sueño iba a durar poco. Una mala racha de resultados dejó al equipo colista y casi desahuciado mientras que Schemeichel se retiraba de los terrenos de juego por una lesión. Sin embargo con un gran final de temporada y con el danés de vuelta, los foxes lograron una milagrosa salvación que les ha permitido realizar la histórica campaña que están teniendo.
Con 29 años es difícil que Kasper iguale la carrera de su padre aunque esté en el punto álgido de su carrera y su nombre empiece a sonar para los grandes. Sin embargo el pequeño de los Schmeichel está cerca de lograr un hito todavía mayor que los que su padre logró, como es ser parte de un Leicester campeón de la Premier. Una de las imágenes mas míticas de la Champions es ver a Peter Schmeichel celebrando el 2-1 de la histórica final entre United y Bayern en el Camp Nou. Puede que en unas semanas veamos a Kasper celebrar el título liguero de la misma forma.