Mariscal en el campo y fuera del terreno de juego. Ricardo Costa siempre fue un defensa líder para ser la cabeza visible de la defensa. Posiblemente, muchos no lo recuerden pero hablamos de un campeón de Europa. Costa formaba parte del mítico Oporto de Mourinho que hizo la mayor hazaña del fútbol luso en la historia. Algunos pensaban que tras ir a Catar o Grecia sus mejores días en la élite habían finalizado. Sin embargo, a base de trabajo, liderazgo e implicación máximo con el grupo es uno de los argumentos para el sueño nazarí.
Central expeditivo, muy poderoso en el juego aéreo y rápido en los cruces. Posiblemente, uno de los centrales infravalorados en la última década. Tuvimos la suerte de verle jugar en el Valencia y fue uno de los ídolos para la afición del club de Mestalla. Central de la escuela clásica, especialista en el marcaje al hombre y siempre valiente frente a cualquier delantero. Se midió con éxito frente a delanteros de primer nivel mostrando su capacidad para defender a jugadores ofensivos bien diferentes.Además, un futbolista importante para dirigir a sus compañeros, el corazón de sus compañeros en situaciones adversas.
Desembarcó en tierras andaluzas con dudas sobre su posible competitividad tras echar un vistazo a su DNI. La situación del Granada era bastante preocupante, el futuro en Liga BBVA parecía una odisea. La fragilidad defensiva del conjunto nazarí era un problema gravísimo que hacía peligrar las opciones de sobrevivir. El nuevo entrenador necesitaba un líder que mandará en la zaga e hiciera olvidar a un defensa tan importante como Jeison Murillo. Nadie discute el carácter que ha imprimido a la defensa andaluza y además marcó un gol importantísimo frente a Las Palmas.
Ricardo Costa lo ha cambiado todo. No es Kevin Roldán, pero su llegada ha supuesto la piedra angular del sueño para obtener la salvación. Granada empujará a su equipo con sus gargantas vibrando en los dos partidos que restan. Formando pareja con Babín o Lombán, tendrá que emplearse a fondo si quiere ayudar para echar el cerrojo al equipo de la Alhambra. Todo Granada vive enamorada de Ricardo Costa porque este conjunto necesita un líder que fuera el guía en la travesía del conjunto andaluz. Gran parte de la posible y deseada salvación corre a cuenta de Ricardo Costa. Ha sido capaz de cambiarlo todo.