Mal título, supongo, para una columna de un blog deportivo. Y, en realidad, no creo en una afirmación que está muy de moda pronunciar: la muerte del periodismo deportivo.

Más dinero de TV para el fútbol

Es cierto que los caminos trazados por el periodismo deportivo en los últimos años no está siendo el correcto. Al menos, podemos decir que los fines -objetivos- no parecen quedarse en informar u opinar, con argumentos, sobre un acontecimiento, partido o noticia. Intereses, manipulación y marcar tendencia se han convertido en la meta de las redacciones más prestigiosas del país. Es tal el punto de despropósito, que una serie de portadas pueden producir pitos hacia un determinado jugador o entrenador. Campañas para la titularidad de un futbolista, la destitución de un entrenador o para convencernos de lo que es válido -o no- en el fútbol. El periodismo deportivo de hoy en día es informador, entrenador e, incluso, protagonista.

Ante esto, son muchos los neoperiodistas que saltan a la palestra reivindicando una lucha en nombre del periodismo deportivo libre.

Parece que traen la salvación de la profesión, verdad absoluta y la objetividad infinita. Filosofía barata, que dirían algunos. ¿Qué es la objetividad? ¿Existe? Si algo es objetivo, ¿por qué algunas afirmaciones supuestamente objetivas chocan con otras? Quizás cada uno tenga su propia objetividad. Sinceramente, no me creo lo del cronista imparcial. No me creo que un director de un medio de comunicación deportivo no sienta un escudo en el corazón a la hora de informar. Aquí, un servidor, sin hablar de fútbol, entre líneas, ya ha descubierto la camiseta con la que está escribiendo estas líneas. Puede parecer más o menos acertado, pero a mí, al menos, nadie va a engañarme diciendo que su blog, web o revista es imparcial. Porque, dentro de esa imparcialidad inicial, hay una serie de redactores expresando sus ideas, su pensamiento. Y, por ahora, no existe el pensamiento único.

El periodismo libre y de calidad está en serio peligro - Otro Mundo Es Posible

Quizás el mundo de fútbol no se rija por unas normas. Ni por las de los tendenciosos ni por las que éstos ‘salvadores’ defienden. Los primeros por canallas y los segundos por obviar que los colores de un equipo resbalan por su habitación. Lo que quiero plasmar es que las caretas deben quitarse de la cara, mirar de frente y contar tú verdad. Siempre y cuando lo que se escriba derroche periodismo deportivo.