María Jesús Almó, Dorotea Alonso y Dolores Bonfis o las primeas Alexias, Patris y Misas
En la Barcelona de 1914, urbe infestada por la suciedad, diezmada a causa de las fiebres tifoideas, donde el agua era un lujo casi inaccesible, que un grupo de mujeres se vistiera de corto para ser, por primera vez en la historia de España, protagonistas en un terreno de juego fue un acontecimiento no exento de polémica que hizo tambalear los cimientos de la sociedad barcelonesa de aquella época.
Con Paco Bru al frente, ex jugador de Futbol Club Barcelona y de la selección española, el Spanish Girl´s Club hacía su debut oficial un 9 de junio, a las 17:15 de la tarde en el campo del por aquel entonces llamado Real Club Deportivo Español. Las chicas se dividieron en dos equipos. A un lado del campo y ataviadas con uniforme blanco el Montserrat. Al otro lado, vestidas de rojo, el Giralda. Árbitro: Paco Bru.
Atrás quedaron 45 días de entrenamientos y enfrentamientos. Enfrentamientos entre el entrenador y las familias de las jugadoras. Porque Paco Bru puso dos condiciones para entrenar a las chicas: uso de ropa cómoda y ducharse después de los partidos. Teniendo en cuenta que hablamos de una época en donde las mujeres no tenían derecho al voto, la higiene personal fuera del hogar todavía era decisión de los maridos, padres y hermanos de aquellas pioneras mal llamadas marimacho por una parte muy importante de la grada.
Y si la grada fue hostil los medios de comunicación no se quedaron atrás, ignorando totalmente todo lo relacionado con el fútbol para centrarse solamente en la ropa, el peinado o las posturas antinaturales de las chicas al golpear el balón o regatear.
Las jugadoras y su entrenador hicieron caso omiso y después de ese primer partido que, como dato curioso, se disputó con fines benéficos para luchar contra la tuberculosis, vinieron algunos más en ciudades como Sabadell o Mataró. Incluso habían organizado una gira por otros puntos del panorama nacional (Valencia, Palma o Pamplona) e internacional, apalabrando la disputa de algún partido al otro lado de los pirineos.
Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial truncó sus ilusiones y si bien España se declaró neutral, las consecuencias del conflicto bélico no tardaron en llegar. La gira se suspendió y las futbolistas tuvieron que renunciar a su sueño.
No sería hasta la década de los setenta cuando las mujeres, en la clandestinidad, eso sí, pudieron volver a sentirse futbolistas y hasta 1980 cuando la Federación Española de Fútbol reconoció el fútbol femenino.
¡Imaginaos el hito de las Spanish Girl’s y de Paco Bru!