El Clásico Real Madrid-FC Barcelona (y viceversa) puede que sea el partido más repetido de España. (Sí, porque aunque el Athletic Club nunca ha descendido, la diferencia es que blancos y azulgranas han jugado también bastante encuentros en Europa) Por eso no es extraño que desde aquél primero disputado un 13 de mayo de 1902, este choque antes también llamado Derby, esté plagado de infinidad de anécdotas.
Por ejemplo aquella de Romerito. Romerito era un jugador paraguayo que fichó Cruyff ,que en algunas ocasiones mostraba sus excentricidades con ataques de entrenador, tácticas revolucionarias o como en este caso, con conejos en forma de fichajes sacados de la chistera. Pues bien, el tal Romerito pasó de un viaje de ultramar a jugar un Clásico en el Camp Nou nada más bajarse del avión. No tuvo una mala actuación en uno de los pocos 0-0 de la historia del Clásico. Eso sí, fue lo único que hizo. Romerito pasó sin pena ni gloria por el Barcelona.
Quién no se acuerda de aquél regate grandioso de Diego Armando Maradona a “Sandokán” Juan José en el Bernabéu. El argentino, solo en la línea de gol, esperó a que el defensa andaluz llegase desbocado para dejarle en evidencia con un amague impresionante y marcó gol con el gaditano estampado en el poste.
Otro regate digno de mención fue aquella cola de vaca de Romario a Alkorta en el 5-0 del Camp Nou del memorable Dream Team. Que le fue devuelto un año después gracias a Michael Laudrup. (El danés participó en las dos manitas, una con cada equipo en menos de 365 días).

Hablando de goleadas, la manita de un joven Piqué y la de Toni Bruins Slot en el también 5-0 de Guardiola a Mourinho. Los cortes de mangas de Giovanni en el Bernabéu tras un gol. Los de Schuster (con el Barcelona) en una Final de Copa en Zaragoza o el silencio del Camp Nou tras el gol de Raúl.


Ahora se han cumplido diez años del famoso gesto de dos aficionados del Real Madrid en el Bernabéu levantándose para aplaudir un gol de Ronaldinho que cerraba una actuación fabulosa
del brasileño en el 0-3 de la 2004-2005.


Situaciones más desagradables como la sonora pitada a Figo y el cochinillo arrojado al portugués cuando iba a sacar un córner. El mecherazo a Roberto Carlos. Piqué mostrando su camiseta y Puyol el brazalete en el 2-6 de Guardiola en Madrid. El pasillo del Barcelona a un Madrid campeón. El 8-2 de los blancos como goleada más abultada de un Clásico.

 

La vuelta de honor del Real Madrid en Barcelona con “acomodo” incluido de Hugo Sánchez tras ganar la Supercopa de España. El pisotón de Stoichkov al árbitro Urizar Azpitarte en el mismo partido. El gol de Santi Aragón en la ida desde el centro del campo del Santiago Bernabéu. Estadio que un día se levantó para aplaudir al gran Ronaldinho que culminó una actuación memorable en un 0-3.

La gran carrera de Bale fuera de la línea de banda antes de marcar en la Final de Copa de Valencia. Pepe Reina agredido en Madrid cuando iba a por un balón cerca del córner. Leo Messi enfurecido mandando un balón al público en un 1-1 de la era Mou. En esa misma etapa reciente, muchos y desagradables fueron los acontecimientos surgidos en aquella avalancha de clásicos en todas las competiciones: expulsión de Pepe por plantillazo a Dani Alves (con la rueda de prensa más iracunda que se recuerda. Sí, la del “por qué” de Mourinho). También Pepe como
protagonista pisando a Messi. La tangana y posterior actuación increíble (nunca vimos nada parecido en el universo fútbol) de Mourinho metiéndole el dedo en el ojo a Tito Vilanova en un Supercopa de España disputada en el Camp Nou.

Anécdotas, fútbol, emoción y figuras. Este partido lo han disputado jugadores de la talla de Kubala, Di Stéfano, Cruyff, Schuster, Pirri, Ronaldinho, Butragueño, Ronaldo Nazario, Maradona, Zidane, Romario, Raúl, Xavi, Casillas, Luis Suárez (ambos), Gareth Bale o Neymar (y me dejo a muchos).

Regate digno de mención fue aquella cola de vaca de Romario a Alkorta en el 5-0 del Camp Nou del memorable Dream Team.

No obstante, nunca, y digo nunca, se ha visto un Clásico con los dos mejores jugadores del mundo (siete balones de Oro entre ambos) frente a frente. Coetáneos, coincidiendo en el tiempo y
en el espacio comprendido entre dos porterías, procedentes de dos ciudades antagónicas, cuyas dos aficiones se odian a muerte. Messi y Ronaldo. Cristiano y Leo. Dos máquinas de meter goles, de jugar y hacer jugar, de inventor regates, de devorar récords. Capaces de cargar a sus espaldas las emociones de las aficiones de los dos clubes más grandes del mundo (con permiso de algún otro). Capaces de superarse año a año y de reivindicarse Clásico a Clásico para marcar distancias entre ellos y el resto de los humanos.

Creo que nunca más se volverá a repetir. Tenemos la suerte (por poco tiempo ya) de vivir el mejor partido de clubes de todos los posibles con las dos estrellas más rutilantes del momento y que pasarán a la historia por ser dos de los mejores jugadores de todos los tiempos. (Ambos en el top-five del Olimpo futbolístico)

Enfrentados a conciencia, sabedores de su responsabilidad. El gran Clásico de los clásicos. Ni Boca-River, ni los británicos, ni los italianos, ni ninguna otra liga europea o del resto del mundo, pueden equipararse a este choque de trenes con los dos mejores maquinistas del planeta fútbol. Disfrutemos de ellos hasta que nos dure.

Este partido lo han disputado Kubala, Di Stéfano, Cruyff, Schuster, Pirri, Ronaldinho, Butragueño, Ronaldo Nazario, Maradona, Zidane, Romario, Raúl, Xavi, Casillas, Luis Suárez, Gareth Bale, Neymar, Cristiano y Messi.

Tenemos la suerte (por poco tiempo ya) de vivir el mejor partido de clubes de todos los posibles con las dos estrellas más rutilantes del momento.