Diez millones de euros fue el gasto bruto de los diez clubes que más ficharon en el verano de 2014. Por aquel entonces, el Manchester United necesitaba reforzarse a toda costa y no dudó en exhibir su músculo financiero. Di María, Ander Herrera o Falcao, fueron algunos de los jugadores que el club inglés incorporó a sus filas. Esta temporada este mismo equipo sigue siendo el objeto de alguno de los tránsitos deportivos de más calado como los temas de Sergio Ramos o David de Gea.
El Barcelona, con Luis Suárez a la cabeza, fue el segundo equipo que más gastó la temporada pasada en fichajes. En tercer lugar el Liverpool y para cerrar el quinteto más expansivo, Real Madrid y Atlético.
No significa que comprar mucho sea sinónimo de gastar mucho. Por ejemplo, el Real Madrid ingresó el verano pasado nada menos que 114 millones de euros. De esta manera, el fichaje de James (80) o Kroos (25) resultaron prácticamente gratis.
En aquella lista no figuraban dos grandes que hasta entonces gastaban millonadas en jugadores. Ni Manchester City, ni PSG pudieron fichar jugadores estrella debido a las restricciones que se les impuso por el fair play financiero (La Uefa no permite superar un montante determinado para no ejercer competencia desleal ni desequilibrio presupuestario).
“El Real Madrid ingresó el verano pasado 114 millones de euros. El fichaje de James (80) o Kroos (25) resultaron prácticamente gratis”
Sin embargo, esta temporada encontramos a un club que aparece con fuerza en esta lista: el Valencia de Peter Lim. Los chés han desembolsado cerca de 100 millones de euros y se acercan a ese tope financiero del que hablábamos antes. Su participación en Champions (aún falta la ronda previa) es un acicate para los de Nuno, que desean ser uno de los equipos revelación de la temporada.
El resto de equipos que figuran en el ranking de este año son el Barcelona, Juventus e Inter. Los culés, extrañamente, se refuerzan fichando jugadores que no podrán actuar hasta enero. Aún así, el prestigio del Barcelona pesa tanto que un hombre de la talla de Arda Turan (Eurocopa de por medio) estará sin jugar partidos oficiales de club seis meses sin importarle.
Resulta significativo comprobar como el mercado español, con dos grandes (Real Madrid y Barcelona), con otros tres equipos importantes (Atlético de Madrid, Sevilla y Valencia), más los otros quince conjuntos de Primera, ingresan más que gastan por cuarto año consecutivo.
Los clubes españoles han aprendido (la situación económica así lo demanda) a vender bien. Si comprar resulta oneroso (cuanto más prestigio posee el equipo más dinero te piden), la venta de jugadores con tirón –pese a que ya no sean interesantes- puede ser un buen negocio.
En gran parte, esta situación se ha visto favorecida por la llegada de jeques, fondos de inversión y televisiones, que han animado a otras ligas a reforzarse convenientemente.
La Premier es el destino deseado para los jugadores si se habla de sueldos y fichas altas. Los dos equipos de Manchester, el Liverpool y el millonario Chelsea, cuatro conjuntos de grandes estrellas y con un aparato financiero por las nubes, son equipos compradores. La renacida Bundesliga y hasta la Serie A italiana es el destino de jugadores españoles y extranjeros que han jugado en la Liga. Francia, con menos potencial pero con un PSG arrollador, también tiene algo que decir en el mercado de fichajes.
Capítulo aparte merece el Sevilla de Monchi. El equipo andaluz nos demuestra año a año lo que es comprar barato y vender caro (el Oporto es su sosías portugués). Esta temporada ha vuelto a tener saldo positivo.
En cuanto a ingresos totales, Real Madrid, Manchester United, Bayern de Munich y Barcelona son tres de los clubes que más ingresan teniendo en cuenta todos los conceptos posibles. (Publicidad, camisetas, merchandising, televisión). Sobre unos 500 millones de euros anuales por barba.
En el top-ten de ingresos, aparecen otros equipos de la Premier. Su gran comercialización exterior, máxime si tenemos en cuenta su influencia en todo el área de la Commonwealth, y unos derechos televisivos explotados a gran escala por todo oriente, hacen de la Premier el torneo nacional de clubes más difundido.
La Liga BBVA, con su nueva “Los clubes españoles han aprendido (la situación económica así lo demanda) a vender bien” concepción de venta de derechos, pretende ser eso mismo: la competición nacional más vista y difundida del mundo. La liga española cuenta con la ventaja del idioma en todo el área sudamericana. El norte del continente americano se divide entre su vinculación cultural hacia la Premier y el gusto de la creciente comunidad hispana por el torneo español.
En España cada vez somos más conscientes de la realidad de la Liga de las estrellas. Contamos con dos de los clubes más grandes de la historia y otros tantos que han llegado a finales de Champions o poseen un gran surtido de Uefas.
Contamos con los dos jugadores más importantes del universo fútbol. Los aficionados se pelean por ver jugar a Messi y ocurre lo mismo con Cristiano Ronaldo. El Clásico es el partido, a nivel clubes, más seguido del mundo. Toda esta riqueza futbolística no está a la altura de su explotación y rendimiento económico. Se está trabajando para conseguirlo.
Respecto a los ingresos por la publicidad y venta de camisetas, existe también una dura competencia. El Real Madrid genera 70 millones anuales con la marca (Adidas) y con la publicidad dinámica (Fly Emirates). El Barcelona le sigue de cerca con 66 (Qatar Foundation y Nike). Sin embargo, dos clubes ingleses superan a los dos grandes españoles. El United ingresará por ambos conceptos unos 165 millones (Adidas y Chevrolet). El Chelsea, con Yokohama como nuevo exponsor y Adidas, genera unos 90.
Sobre la venta de camisetas existe una curiosa carrera que es difícil de medir. Si tenemos en cuenta solo las ventas oficiales, Manchester United, Barcelona y Real Madrid se situarían en el podio. Los éxitos internacionales (Champions sobre todo) aumentan la adquisición de camisetas por todo el mundo. Por cada elástica solo una cuarta parte del importe queda en las arcas de cada equipo. El resto, la mayoría para la marca (60%) y el resto para distribuidores y comerciantes.
Así es el negocio del fútbol. Finalmente, todo este gran emporio económico se basa en el comprador, en el aficionado, en el receptor último del producto. Las cifras astronómicas que cobran jugadores y entrenadores, están sustentadas en ti. Sí, en ti. En el aficionado que es socio de un club, que compra camisetas o merchandising de su equipo. El que está abonado a una plataforma televisiva, compra cromos, periódicos o adquiere productos que anuncias las estrellas futbolísticas.
Conviene recordar que el fútbol actualmente es más un negocio que un deporte. Pero que no se olviden tampoco los negociantes del balompié, que el fútbol gusta por eso mismo, porque es un deporte. El “deporte-rey” debe estar por encima del negocio que genera en sí mismo. Si no, a la larga, el fútbol morirá.