A través de este artículo pretendemos establecer las diferencias existentes entre los líderes que hay en todos los equipos del mundo, nos referimos al liderazgo del entrenador y al de algunos jugadores.

Para comenzar, indicaremos una de las muchas definiciones existentes en torno al término de liderazgo, de este modo iremos entrando en materia. Se trata del “proceso conductual de influenciar a los individuos y grupos hacia metas establecidas” (Barrow, 1997). Dicho con otro lenguaje más común, el liderazgo se basa en saber influenciar sobre los miembros del equipo con el fin de conseguir los objetivos propuestos.

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Todos sabemos que dentro de un equipo de fútbol no solo existe un líder. Si mencionamos al mítico F.C. Barcelona de Pep Guardiola, por ejemplo, e intentamos pensar en los líderes de aquel vestuario, lo primero que nos vendrá a la mente será la imagen de Pep. Continuando con el ejercicio de imaginación, pensaremos en algún futbolista, a nosotros, personalmente, nos aparece la imagen de Carles Puyol y, evidentemente la de Leo Messi. Es obvio que el tipo de liderazgo que ejerce un entrenador no es el mismo que el de un jugador. Eso sí, ambos tienen el mismo fin:
conseguir los objetivos propuestos (ganar la liga, entrar en Champions, salvar la categoría…).

El entrenador ejerce un liderazgo “formal”, ya que su poder recaer por la posición que ocupa en el equipo, es decir, la misión del técnico, básicamente es comandar la nave. Además está avalado por la directiva del club. El hecho de tener poder, no indica necesariamente tener influencia sobre el equipo, un ejemplo muy reciente y que viene muy a cuento podría ser el caso de Rafa Benítez en el Real Madrid. El bueno de Rafa demostró tras su fugaz periplo por la casa blanca que, no supo liderar aquél vestuario. Con este ejemplo lo que pretendemos explicar es que por mucho que seas entrenador y tengas poder, no vale de nada si no sabes ejercerlo, esto es, influenciar en el equipo. Un buen entrenador debe ser un buen líder y para ello puede optar por muchos estilos. Si pensamos en el técnico portugués José Mourinho, o por ejemplo en Carlo Ancelotti, seguramente estaremos todos de acuerdo en que ambos son grandes entrenadores. Sin embargo, tienen muchísimas diferencias en cuanto a su estilo de liderazgo. El primero de ellos es un líder más autoritario, esto es, absorbe toda la presión del equipo, es muy exigente, es valioso en situaciones límite (recordemos que el principal objetivo de Mou era frenar al Barça de Pep) etc.

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Sin embargo, el técnico italiano es totalmente distinto. Tiene un método más permisivo, en el que deja libertad a los jugadores, deja al grupo tomar decisiones etc. Con estos dos ejemplos, lo que queremos dejar claro es que no hay un estilo predefinido que garantice el éxito de un equipo, todo depende de muchos factores.
El liderazgo de un entrenador siempre estará más orientado a “la tarea”, esto es, a mejorar el rendimiento en los entrenamientos y, sobre todo en la competición.
Un líder “formal” dentro de un vestuario también es el capitán del equipo, al igual que el entrenador, su mero rol en el conjunto ya le otorga poder. Pero también podría pasarle exactamente lo mismo que a Benítez, es decir, que sus compañeros no le sigan.

El liderazgo se basa en saber influenciar sobre los miembros del equipo con el fin de conseguir los objetivos propuestos.

Hay muchos capitanes que ejercen exactamente la misma influencia que el propio utilero (sin faltar al respeto a esta figura), esto es, entre poco y nada. Con esto queremos subrayar que el hecho de portar el brazalete, no significa liderar, el liderazgo hay ganárselo.
El liderazgo “informal” surge espontáneamente, esto es, el grupo es el que lo otorga. Como tiene influencia sobre el equipo, también tiene poder.

En cuanto a la perspectiva orientada a “la tarea”, muy frecuentemente podemos ver que los jugadores líderes de los equipos son aquellos que destacan sobre el resto de miembros. Esto sucede porque el grupo está convencido de que este tipo de jugadores ayudará a la hora de conseguir los objetivos, por lo que siguiéndoles, tendrán más probabilidad de éxito. En el fútbol, está demostrado que los líderes suelen ser los que ocupan posiciones influyentes en el juego, son muy competitivos y normalmente son los que más profesionalidad tienen, los típicos que llegan los primeros al entrenamiento y se van los últimos a casa. Ejemplos claros de este tipo de líderes pueden ser jugadores como Cristiano, Messi, Aduriz etc.

La perspectiva orientada a lo “social” tiene otro objetivo dentro del grupo. Estos líderes suelen llevarse bien con todos los miembros del equipo, siendo de este modo, el mejor amigo de los compañeros dentro del conjunto. Suele ser la persona a la que habitualmente se acude cuando existe algún tipo de problema, ya que es una persona empática y sabe escuchar a los compañeros. Este tipo de líder no tiene por qué ser un jugador titular del equipo. Por todos es sabido que Álvaro Arbeloa es un jugador queridísimo por todos los miembros del Real Madrid, tiene mucho peso a la hora de resolver problemas, es el primero en dar la cara ante los medios cuando la cosa no va bien… sin embargo, no es un jugador influyente dentro del terreno de juego y tampoco porta el brazalete de capitán, ¿qué es lo que sucede entonces? Arbeloa es, ni más ni menos, un claro ejemplo de líder orientado a “lo social”.

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Con todo esto, queremos resaltar que la figura de los líderes dentro de los equipos es fundamental. Para que los equipos rindan a un nivel óptimo, deben estar comandados por personas que sean capaces de influenciar en el resto de compañeros a la hora de motivar, cohesionar y trabajar en conjunto. Por último, os invitamos a que intentéis pensar en algún equipo célebre.
Os podemos asegurar que en él habría grandes líderes que supieron ejercer su rol dentro del grupo y, de este modo, llevar a su equipo en volandas hacia el éxito.