Con el crecimiento del fútbol femenino en España también es necesario construir una base sólida en el arbitraje femenino. Fomentar el juego justo es lo que hará impulsar aún más el deporte femenino en nuestro país.

La semana pasada, se disputó la Supercopa de España en el Estadio Municipal de Butarque en Leganés, con el FC Barcelona levantando el título como lo hizo la anterior temporada. Las colegiadas llevaban en sus camisetas el lema #HazteÁrbitra. Un mensaje impulsado por el Comité Técnico de Árbitros (CTA) de la RFEF por tal de incentivar y fomentar el arbitraje femenino entre las más jóvenes.

Barcelona - Real Madrid | ¿Quién arbitra el Clásico?

Fotografía: mundodeportivo

A pesar de que, en los últimos años, las condiciones laborales de las árbitras hayan ido creciendo poco a poco, aún se deben impulsar mejoras.

En el inicio de la temporada 22/23 de la Liga F, las árbitras decidieron convocar una huelga para luchar por unos contratos profesionales y un salario digno. Finalmente, se llegó a un acuerdo y la árbitra principal pasaba de cobrar 300€ a 1666€ por partido, las asistentes de 166€ a 1006€ y la cuarta árbitra de 84€ a 250€.

Aunque aún quedan muchas por mejorar, su visibilidad cada vez es mayor. En el pasado Mundial de Qatar de 2022, por primera vez en la historia, 3 árbitras arbitraron un partido de fútbol masculino en un Mundial. También, la adición del VAR en competiciones como la Copa de la Reina, Supercopa de España o la Champions League, hace que ellas empiecen a adquirir las mismas herramientas de trabajo que ellos.

Si las jóvenes ven que cada vez se les conceden más oportunidades a las árbitras y que pueden ser consideradas como profesionales, hará que se planten quizás una nueva salida profesional.