Cada vez es más reciente que jugadoras de calidad indiscutible abandonen la liga española en busca de nuevos retos, donde tengan una mejora de salario y, también, donde estén más y mejor valoradas, como en Estados Unidos o Inglaterra.

Rachel Kundananji, hasta hace unos días jugadora del Madrid CFF, ha batido récord mundial por su traspaso al Bay FC, con una cantidad cercana a los 800.000 euros. La zambiana ha estado temporada y media en el conjunto madrileño, y ha marcado 25 goles en 29 partidos. Claramente, sus cifras de gol demuestran que es de las mejores delanteras del mundo, y es una suerte que se haya consolidado en la liga española, aunque su estancia tenía fecha de caducidad.

Maitane López y Esther González, del Atlético de Madrid y Real Madrid, respectivamente, pusieron también rumbo a la National Women Soccer League (NWSL) para impulsar al Gotham FC a ganar el título de la liga americana de 2023. Y ambas hicieron historia al ser las primeras españolas en conseguirlo. Incluso Esther llegó a marcar el tanto decisivo para la victoria (1-2). Las jugadoras que proceden de Liga F están llamadas a sentar cátedra, a ser ejemplo, a batir récords, y a hacer Historia. Y ellas no son las únicas: Jonatan Giráldez (entrenador del FC Barcelona) — que anunció su marcha al Washington Spirit— también está llamado a levantar muchos títulos en la NWSL.

«Houston, tenemos un problema», y es que parece que la propuesta de la Liga F no es suficiente para que el talento se quede. Como si el futfem no fuese tomado en serio por parte de la Federación, que cambia la sede para las semifinales de la Nations League a 2 semanas de que esta se dispute. Como una Liga F cuyo patrocinador principal se niega a pagar. Como una huelga polémica a principio de temporada por la subida del salario mínimo de las futbolistas, que es de 21.000 euros. Como el nivel de arbitraje en Liga F. Como no acabar de apostar por el fútbol femenino. ¿Es que ganar el Mundial no ha sido suficiente? ¿Qué más se tiene que demostrar? En vez de dar pasos hacia delante, parece haber habido una involución. Y la situación, a veces, da vértigo, o vergüenza, y hasta a los que escribimos estas palabras nos cuesta decirlo.

Liga F: Racheal Kundananji, del tartán al césped | Marca

Fotografía: Marca

Inglaterra acaba de firmar un acuerdo histórico para la retransmisión de la Women Super League: 20 millones por los derechos de retransmisión. 20, también, días antes del fichaje de Kundananji por el Bay FC, Mayra Ramírez fichaba por el Chelsea (procedente del Levante UD) y se convertía en el entonces fichaje más caro de la historia del fútbol femenino (la ex del Madrid CFF le ha quitado el puesto). El resto de Europa apuesta, Estados Unidos ha dado un golpe en la mesa, pero la Liga F esconde sus cartas o no quiere jugar la partida. Y el fútbol femenino no es para los temerosos, sino para aquellos que “creen” en él y no se acomplejan de realizar una fuerte inversión.

La Liga F tiene el producto, la materia prima, pero no sabe -o no quiere- venderlo. Y la competencia acaba por arrebatárselo. La fuga de talentos solo acaba de empezar.