El equilibrio. Sin más esa es la clave para ser campeón, para conquistar los títulos y en especial una liga que lleva años resistiéndose. Y el Madrid de Rafa Benítez lo tiene. Con su mano derecha a la hora de tratar a las estrellas ha conseguido que todos los jugadores se sientan pieza clave del equipo. Todos se sienten importantes sin ninguna superioridad de unos por encima de otros, por muy estrellas que sean. La teoría es que ninguno es irremplazable y, gratamente, lo estamos comprobando en la práctica.

Algo increíblemente reseñable y poco frecuente en el Madrid es que nunca sabemos quién va a destacar ese día. Acostumbrados a una “rutina cristaniana” en la que todo giraba en torno al mismo futbolista- Cristiano Ronaldo-, hoy nos encontramos ante la maravillosa duda de quién será el mejor del partido. No importa si Kroos, si Modric o si James, no importa si es Cristiano, Casemiro o Jesé, lo que importa es que el equipo brilla en su totalidad y eso hace que los jugadores (todos) puedan brillar individualmente.

No sé si alguno de vosotros, quizás, eche de menos la supremacía de los líderes. Pero si es así para que se os pase solo tenéis que mirad los resultados. Poco ha importado en el Real Madrid actual la sequía goleadora de Cristiano y su bajo rendimiento, porque han aparecido otros que le han cubierto las espaldas. Años atrás pedíamos “11 Cristianos”  sin darnos cuenta que lo que teníamos que pedir era un equipo, con cada una de sus letras y con todo lo que ellas implican: equilibrio, sacrificio, solidaridad y rendimiento. A día de hoy lo somos.

Al Real Madrid poco le importa el sonido de fuera, los rumores que indican una mala relación con el cuerpo técnico o los debates políticos que embarran a otros clubes. Poco le importan las esteladas, la independencia, los fraudes a hacienda o los escándalos. Que se maten fuera, que nosotros seguiremos entrenando. El único problema que rodea al madridismo es el deportivo, y viendo lo visto, ya es mucho. A Benítez solo se le puede poner entre las cuerdas ante los micrófonos cuando se le pregunta por qué este u otro jugador, o por qué cambio antes de tiempo a aquel, nada más. Lo demás va sobre ruedas. Y según lo que nos muestran sobre el verde, seguirá yendo.