Cuando empecé a esquematizar este artículo se me ocurrían decenas de cualidades indispensables para un jugador si quiere ser el capitán de su equipo. Podría enumerar una a una esas cualidades y, seguramente, la definición estaría muy cerca de la que un aficionado promedio acuñaría pero sentía que había que plantearlo de otra forma.
Dicho esto, se me ocurrió que la mejor manera de definir los conceptos para ser un buen capitán, era mirarlo desde la óptica de un entrenador y me dirigí a Dani Rodríguez, entrenador del vigente campeón de la Copa de España, para que me definiera el concepto de capitán y estas fueron sus palabras:
¨Existen muchos tipos de capitanes y no hay una regla absoluta, pero si nos ceñimos al típico capitánelegido por el entrenador y que represente al equipo, buscamos una persona que encarne los valores del club y del equipo, que represente bien a todos y que, por tanto, sea una persona coherente y competente. También ha de ser una persona trabajadora y que sea capaz de convertirse en un referente a través del trabajo y de la búsqueda del bien común para el equipo por encima del suyo propio a través de las herramientas que el cuerpo técnico le brinda. Pep Marí hace referencia a que liderar es cuidar y extrapolándolo a las funciones de un capitán, debería de ser algo parecido.¨
Una vez escogido un término general, es hora de ir analizando cada uno de sus puntos por separado y tratar de entender la figura de capitán.
Cada equipo, como institución, tiene unos valores que lo diferencian del resto y no son negociables, el capitán de ese equipo debe encarnarlos a la perfección, ya que son los generadores de sentimiento de pertenencia para el aficionado. No todos los jugadores están preparados para ser la proyección del míster en pista, han de ser capaces de dialogar con el árbitro, han de tener la habilidad de hablar con respeto y con coherencia puesto que hay que ser consecuentes con los actos de sus compañeros y no protestarlo todo puesto que pueden caer en la trampa de la contradicción constante.
Tiene que ser objeto de admiración y respeto por el resto, un jugador es capaz de aceptar una crítica siempre que la relación esté basada en los valores anteriormente dichos. Ha de ser trabajador, de nada sirve que corrija los fallos de los compañeros si no trabaja, corre y entrena cada día como si le fuera la vida en ello. El capitán también ha de ser una persona íntegra y que sea capaz de tomar decisiones que le perjudiquen a él y saber dar un paso hacia atrás, siempre que esas decisiones vayan a servir para ayudar al equipo y para que este encuentre una mejoría o, al menos, una vía para conseguirla.
En definitiva, un capitán ha de ser el referente de sus compañeros y de su afición y eso se consigue siendo una buena persona, siendo amable por la calle, siendo ese hermano mayor para el jugador que llega nuevo a una ciudad y un equipo que no conoce. El capitán ha de ser la figura que defienda a sus compañeros contra viento y marea sin perder la calma y que cuide de ellos como si de su propia familia se tratara.
En este punto del artículo me toca hablar como aficionado, mi capitán tiene que dolerme, siempre duele que un jugador se lesione pero la tristeza que da la lesión de un buen capitán es tan grande como la alegría que te produce una buena actuación suya. Mauricio es mi primer capitán y lleva toda la temporada lesionado pero absolutamente nunca se le ha visto alejado del equipo, siempre apoyando a los compañeros y encarnando la figura de un capitán incluso llevando meses en la grada. Querido lector, espero que tengas la suerte de tener un capitán a la altura de tus expectativas y que puedas disfrutarlo cada fin de semana.